domingo, 1 de marzo de 2020

RETORNO A LA FUENTE, TANTO A NIVEL INDIVIDUAL COMO COLECTIVO.


RETORNO A LA FUENTE, TANTO A NIVEL INDIVIDUAL COMO COLECTIVO.
Uno puede vivir la experiencia, en algún momento de su vida, de haberse perdido, y de tener la sensación como de cierto extravío existencial. Incluso, también, más allá de lo personal, y sin dejar de estar relacionado con ello, esto mismo también se puede constatar en cierta manera a nivel social, y a escala global. De ahí que, por ese motivo, es frecuente que andemos constantemente, a nivel individual o colectivo, buscando fórmulas y soluciones que palíen semejante desarreglo. Hay períodos, y este que nos ha tocado vivir es uno de ellos, en los cuales esto se hace más evidente y hasta urgente, irreemplazable, una necesidad.
Cuando esto sucede, se ve más importante que nunca el retorno a la Fuente, que es la que sabe, para retomar de nuevo el hilo perdido, la dirección en que Ella se (o nos) mueve y el salto evolutivo, si es así, que quiere dar. Porque estas cosas no las podemos hacer como si fuésemos, ya que no lo somos, egos separados, aislados o independientes de un Sentido (el de la Fuente) que nos envuelve, dirige e integra, lo cual sucede cuando en tiempos de crisis, de cualquier tipo, nos dejamos llevar por las emociones o los impulsos más irracionales y primarios, o recurriendo a fórmulas que se atienen a modelos del pasado, más o menos mecánicos, materialista o externos, y al margen de un sentido más hondo que es el que cabe descubrir y reconocer.
El sentido de donde estamos, así como los próximos pasos sólo nos lo puede desvelar la Fuente, el Origen, verdadero motor, y más que eso, Conciencia motivante e intencional de nuestra historia, de toda historia. Esta Fuente no es otra que nuestro ser, constituyente y núcleo esencial de nuestra alma, que en unión indisoluble con ella (nuestra alma es la concreción formalmente particularizada de nuestro ser) tiene la clave de nuestro ADN espiritual y por lo tanto de nuestro desarrollo evolutivo, nuestro propósito y misión en la vida, así como de los pasos que tenemos que dar.
A nivel individual el regreso a la Fuente supone silenciar nuestra mente para estar a la escucha y poder ser receptivos tanto a su voluntad como a los movimientos que ponga en funcionamiento. La voz de la Fuente es la voz del alma, que nada tiene que ver con las voces que provienen del ego emocional-mental. El hombre y la mujer nuevos nacen siempre de la Fuente. El ego separado representa lo viejo, lo caduco, lo por superar y trascender.
A nivel global y colectivo, como humanidad, para dar paso a un nuevo salto evolutivo, nos encontramos igualmente ante una oportunidad decisiva. Podemos escuchar también y sentir la Voz de la Fuente, pero ahora la del Ser planetario, única voz que nos podrá ayudar a otro nuevo nacimiento, ahora como Humanidad Nueva,  no basada como en el pasado en las luchas de unos egos grupales contra otros, sino con conciencia global de unidad, formada por seres más despiertos, abiertos a la trascendencia, que son los que posibilitarán que la unidad y la totalidad se experimenten armónica y eficazmente interrelacionadas, al servicio de un Plan infinito de creatividad también sin fin.

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