lunes, 30 de julio de 2018

Ese Espacio en el que soy lo que Yo Soy


No es forma, no es objeto, no es nada de lo que se pueda señalar,
Tampoco se puede explicar porque su propia transparencia lo indica,
Entonces, ¿cómo hablar de ello? Digamos que es anterior a cuanto existe,
Su sustancia es la de la existencia misma, y por eso se le llama también puro Ser.
No siendo objeto, ni persona, ni forma, todo eso es sin embargo también Eso
Como movimiento inseparable del ser y existir siendo.
En ese Espacio soy como algo que nace y que viene de toda la eternidad.
Soy ese Espacio Fondo Sin Tiempo vibrando como yo, como Yo Soy,
Conciencia de ser, Presencia, el Ahora sin pensamiento.
Pero de eso que soy nace y se un movimiento propio, con su tono y modulación,
Como una huella irrepetible. De ahí mi existencia en el tiempo
Desde donde puedo crear mi propia melodía y canción:
Esa es mi vida como alma: otra dimensión externa de mi Yo soy.

Remolinos de Vida, de Luz y Amor se agolpan hasta ese punto o foco
Desde el que mi sentir se abre a la existencia como ser que nace de Dios.
Esos remolinos son la esencia del Espacio-Vida que todo lo envuelve y todo lo es,
Para que con sus notas interpretemos las partituras de cada existir.
Sin descubrir esto ni experimentarlo las existencias carecen de sentido,
Son como hojas volanderas llevadas por un viento del que lo ignoramos todo.
De ahí que sea tan importante pararnos y contemplar este instante de silencio
En donde Viento, Fondo, Espacio y Ser son más reales que cualquier objeto.
Curiosamente al desaparecer como egos-personas nos sentimos y sabemos
Más reales y vivos que nunca, Vida, Amor y Luz, como nuestro verdadero Yo Soy.
Ese es el Espacio que me habita, desde donde puedo ver mi cuerpo acariciado por Dios.

La Presencia: Camino, Verdad y Vida.


La Presencia es lo que somos, nuestro Yo real,
La conciencia de ser que sostiene toda forma, pensamiento, emoción u obra,
Lo que no varía, el testigo de cada existencia. Padre y Madre,
Origen, fuente y corazón de la individualidad de nosotros como almas,
El Dios/diosa que somos creando e interpretando su propia historia,
Como si de una aventura se tratara: y que va del no ser al ser, de la oscuridad a la luz,
Del olvido a la conciencia de sí y de la debilidad al rescate de su omnipotente poder.
Los egos son las formas infinitas que adoptan cada uno de nuestros personajes
Que durante largo tiempo son experimentados como nuestro yo real,
Ellos con su opacidad no nos dejan ver el fuego, la luz y el impulso de donde proceden;
Tanto es su miedo a extinguirse que se aferran obsesivamente a lo que les sustenta:
La vaporosidad de los pensamientos, las emociones, la materia y las formas.
Por eso temen tanto al silencio, a la inacción, a la soledad y al olvido.
Los egos son sólo las muletas del alma, pero la ignorancia los convirtió en nuestro ser,
Ese es el principal obstáculo, el gran error del que nos hemos de librar para ser libres.

Sabemos que con el brillo de la Presencia nuestro ego se queda sin alimento ni poder,
Entonces es cuando podemos empezar a recobrar nuestra identidad como almas,
Seres-conciencia, luz, fuerza y amor viviendo y manifestando su potencial infinito.
Nuestras almas se nos hacen reales según la Luz de la Presencia las ilumina.
Más aún: no es posible sentir la Presencia e identificarnos con el ego,
Ni es posible tampoco estar en la Presencia y experimentar sufrimiento.
Presencia es Dios/diosa, nuestro Hogar olvidado, perdido y añorado,
Aquello que tenido como ausencia desde nuestras limitadas vidas físico-mentales
Hemos querido suplir con infinidad de falsos sueños que siempre fracasan y mueren.
Pero ahora sabemos la verdad: las cuerdas no son serpientes, la Presencia es el Camino.

domingo, 29 de julio de 2018

Realizando el ser que se es


Perseguir el éxito y la fama para sentirse bien sobresaliendo sobre los demás
Se vuelve contra nosotros mismos al valorar lo que se hace en vez  de al propio ser.
La felicidad no viene de los objetos, las acciones o las obras realizadas
Sino del amor, la conciencia y la entrega que se pone en ellas.
El éxito en si no es bueno ni malo, lo que importa es que refleje nuestro potencial.
Nuestro ser es un fondo sin límites de capacidades por manifestar y desarrollar.
No se puede ser feliz si aquello que se es y se tiene no se comparte.
Se es si se es para los demás. Eso es la esencia del Amor, de Lo Que Es.
Quien no ama, no comparte su saber y no crea está bloqueando su ser,
Y quien bloquea su ser necesita alimentarse de su ego en cualquiera de sus formas.
Somos una Fuente que espera ser reconocida por nosotros mismos,
Si esto ocurre nos convertimos en Manantial para los demás: esto es la Realización.
El hombre o mujer realizados se han hecho uno con la Fuente Original.

Quien se sienta pobre, débil, indefenso o temeroso está desconectado de la Fuente,
No ha visto aún ni experimentado que la Fuente es su verdadero ser.
Quien lo tiene todo y a eso le llama éxito pero desconoce la Fuente
De la que todo emana no deja de ser un perfecto ignorante, un pobre hombre.
Lo mismo le ocurre a quien se siente pobre porque ignora su Poder, su Ser.
Éxito o fracaso, riqueza o pobreza en sí no son nada para quien ignora lo que es.
El que sabe Lo Que Es no puede sentirse jamás ni pobre, ni indefenso, ni desgraciado
Y si así lo siente es que no sabe Lo Que Es y se está engañando.
Quien sabe Lo Que Es, es luz del mundo no por lo que hace sino por lo que es.
Lo natural de la luz, el amor, la energía y el poder, que son la Conciencia-fuerza del ser
Es Realizar y Crear  las condiciones para que nazca una vida divina en la Tierra.

La vuelta al Hogar, a donde se es.


No hay peor exilio que sentirnos fuera de nuestro ser,
Ni peor carencia que la de experimentar la orfandad de lo que se es,
La peor soledad es la de quien se siente desconectado de sí,
Y el peor vacío el que produce la ignorancia de no vivirse como alma.
Fatal pérdida es la de sentirse alejado y desprovisto la verdadera Identidad.
No existe indefensión más grande que la de verse arrastrado por lo que no se es.
Sólo  teme a la muerte quien aún no se ha reconocido en su ser.
Ni nace a la vida quien es extraño del Dios que se es.
Se vive si se vive con conciencia el amor, la inteligencia y el poder que se es.
Ausentes del Amor que somos se experimenta exilio, carencia, soledad, vacío,
Angustia, indefensión y como consecuencia miedo, el peor a la muerte.
Amor es lo que Yo Soy, lo que es Dios en mi como Yo. Ese es nuestro Hogar.
El primer paso para ser feliz es saber que en cada uno “Dios es en mi como Yo”,
Eso es lo que significa el reencuentro con la propia alma, con el ser que se es.

El propósito esencial que nuestra alma reclama y su objetivo más importante
Consiste en volver al Foco desde donde la Conciencia-Fuerza que somos es,
Regresar a ese Hogar de pura Luz, Fuego divino y Amor sin límites, la Presencia,
En donde el Niño interior perdido pueda saciar al fin su sed de inmortalidad.
El tiempo, extraviados entre los enredos fabricados por nuestros ignorantes egos,
Reclama cada vez con mayor urgencia que nuestro Rostro Original se nos muestre.
Ese el anhelo irrefrenable y el motor que empuja a todo auténtico buscador espiritual.
La vida desde la mente, el temor y el ego ya la conocemos sobradamente,
Ahora es el momento, esta es la aurora del nacimiento a la vida desde el alma.
No lamentes tus debilidades ellas son el acicate para que nos rindamos al ser.

El buscador espiritual


Es alguien que ha sentido en lo más hondo de sí los límites del mundo físico-mental.
No es necesario que haya desarrollado completamente sus posibilidades,
Pero sí que ha experimentado la ausencia de respuestas para demandas radicales.
El buscador espiritual no reniega de la razón, ni de los instrumentos que esta le ofrece,
Es más, los lleva al extremo y se sirve de ella para sentar las bases de su búsqueda,
Pero es consciente de que siempre te deja a las puertas de un nuevo mundo intuido.
No todo buscador espiritual sigue las mismas pautas, hay muchos caminos,
Pero el impulso básico es común: calmar la sed de más realidad que se sabe que se es.
La búsqueda sigue muchos tramos y se mueve entre muchos recodos no siempre claros,
A veces ni siquiera se sabe lo que se busca y sólo el impulso interior te lleva.
Pero poco a poco el cerco se cierra, cuando la conciencia de ser  se hace presente.

El buscador espiritual nace como consecuencia de todas sus etapas anteriores,
Porque todos los niveles y formas de vida han sido conducidos por la misma conciencia.
Pero ahora, lo fundamental ya no son el camino, ni sus experiencias y aprendizajes
Sino el motor y el sentido que siempre los ha movido: nuestra alma y ser esencial,
Sujeto, testigo y verdadero protagonista de todo ello.
Sentir la necesidad del reencuentro con Eso, cuando aparece, lo transforma todo,
Se convierte en lo más urgente, lo que más se anhela, el verdadero motivo del vivir.
Entonces se sabe que es la propia alma la que empuja, -el motivo de nuestra desazón-,
Queriendo asumir el puesto en nuestra conciencia que ocuparon antes infinitos yoes.
Cuando el buscador espiritual ha sido sorprendido por este anhelo ya no descansará
Hasta vivir, experimentar, sentir, conocer y ser su propia alma.
Ese es el verdadero motivo de su existencia. Tras el cual existe también la aspiración
De una visión nueva que haga posible una vida transformada, creativa y luminosa.

sábado, 21 de julio de 2018

La vida como egos


Es la forma más común de vivir, en la que la mayoría estamos instalados.
Dentro de la evolución y desarrollo humano supone un paso importante.
Pues ser egos significa poseer un yo consciente de sí, no importa su grado,
A diferencia de lo que sucede en la etapa anterior del reino animal.
Es, por lo tanto, una conquista necesaria y decisiva en la evolución de la conciencia.
Afirmarnos como yo, separados y distintos de otros yos en esta fase es imprescindible.
Ser centros conscientes de sentir, volición e inteligencia, necesario,
Y eso a la búsqueda de nuestra propia afirmación, pervivencia, seguridad y felicidad.
En la etapa anterior, todo era instinto, de forma que la naturaleza lo hacía todo,
Mientras que con el ego, que supone el surgir de una conciencia individual,
Cada cual a su manera y en su nivel protagoniza su vida, la construye y desarrolla.

La vida como egos se fundamenta sobre el temor, la afirmación de sí y el deseo.
El temor a la muerte, al dolor y al sufrimiento, también al vacío y a la soledad,
También a ser atacados u ofendidos. La inseguridad, y la impermanencia  prevalecen.
Tenemos que afirmarnos limitando el propio espacio físico-afectivo-mental.
Los egos necesitan mucho de autoprotección, defensa y si es preciso el ataque.
Todo lo cual se conjura con fuertes deseos de posesión, acumulación y consumo.
Desde esta perspectiva se vive, se trabaja, nos relacionamos, aprendemos y creamos,
Dominando siempre la mente calculadora sobre el corazón y la frontera sobre la unidad,
Lo mío frente a lo de los demás. Somos lo que tenemos, luchamos y conquistamos.
Es cierto que no todos los egos son iguales, los hay más o menos “egoístas”,
Más o menos maduros, más o menos mentales y hasta más o menos espirituales.
Pero todos se alimentan de un sentido interno de separación, limitación y desconfianza.
El sentido de la vida se quiebra cuando lo que se tiene está amenazado o se pierde.  

viernes, 20 de julio de 2018

Y surge la conciencia de ser un alma


Lo sentidos físicos condicionan la imagen que tenemos de nosotros,
Con su ayuda y las ideas que nos formamos sobre quienes somos
Resultado de la interacción con los demás construimos un concepto.
Ese concepto, por llamarlo de alguna manera, nos da una identidad.
Es la suma de pensamientos, sentimientos, sensaciones, actitudes, deseos,
Miedos, tendencias, gustos, aversiones, valores…
Todos ligados a nuestro cuerpo-mente. Son nuestra personalidad y carácter,
Nuestro sostén básico; y asumiendo que nuestra dignidad humana es su consecuencia,
Sin que pensemos en el motor  de esa  dinámica y desarrollo, ni en su por qué.
Con el referente al cerebro, según unos, o al de un Dios que nos ha creado, según otros,
La visión sobre nosotros en ambos caso es mecánica, funcional, natural y poco más.

Pero esa percepción llega un momento en nuestras vidas, o puede llegar,
En que se transforma radicalmente, y no por qué dejemos de ver
Todos los referentes y contenidos anteriores: físicos, mentales, afectivos, espirituales…,
Sino porque nace y se hace presente una conciencia nueva sobre/en nosotros:
La conciencia de ser en sí misma, con independencia de contenidos mentales o físicos.
Y junto a ella se constata el impulso hacia la trascendencia y la dimensión espiritual,
También la necesidad de un propósito y metas más allá de los de la personalidad externa
(Triunfar, ganar, acumular, competir, afirmarnos frente a los demás, etc…).
Pues ahora, el sentido de la existencia y la transformación interior son primordiales,
Así como una existencia no desde el ego y sí alimentada por la unión con lo superior.
Eso se  da en nosotros cuando el alma pasa a  asumir el protagonismo de nuestra vida
Y empieza a ser experimentada, porque la somos, como nuestra verdadera identidad.
Esto no es una idea, sino realidad vivida de una nueva conciencia más profunda de ser.

lunes, 2 de julio de 2018

Vanidad y misión del alma


“¡Cuán importante que es mi función y misión en la vida!”
“Mi papel, lo que yo hago, eso sí que es relevante y necesario, en cambio otros…”
“¡Oh!, que existencia tan ordinaria, miserable y vulgar la suya, mientras que yo…!”
Estas y otras muchas expresiones bien podrían reflejar los pensamientos
De quien hace de su misión de vida plataforma para la exaltación del ego.
Sutil y maravillosa oportunidad desde donde promocionar la vanidad propia
Y hacer de nuestros actos el pódium perfecto sobre el que elevar a nuestro personaje.
Porque, detrás de nuestros intentos de realizar nuestra misión de vida, frecuentemente
Se encuentra agazapada  la escasa valoración y complejos que sobre nosotros tenemos
Pero que con cierto tipo ejemplar de vida, pensamos, se contrarrestará al fin.
Esa pretensión, sutil, de llegar a ser una Teresa de Calcuta, un destacado altruista,
Un benefactor social o alguien que por sus acciones concite admiración de  los demás,
¿No son formas camufladas de alejarnos de nuestro ser y de inflar nuestra vaciedad?,
Pues también eso se esconde tras la buena intención de ser fiel a nuestra misión de vida.

Lo que uno ha venido a hacer, o sea, lo que es nuestro deber del alma
No es relevante o sencillo, pomposo o anodino, trascendente o simple, 
No se mide por esos raseros, sino por lo que aporta a nuestro crecimiento interior,
Por el amor que despliega y la oportunidad que nos ofrece para darlo y expresarlo.
Y eso, se puede hacer de mil maneras, sin que cuente la forma y el papel que tomen.
Conocidos o en la sombra, como reyes o mendigos, sirviendo copas en un bar
O desde los púlpitos, en una oficina, como artistas, qué más da, eso no importa
Si se vive con amor lo que se vive o es al amor a donde nos lleva, y…al despertar.
El armario de Dios-diosa es muy grande y Él-ella viste infinidad de ropajes. Así es.

Superación del “Adversario” y misión del alma


Detrás muchas veces de nuestra mayor debilidad y más grande amenaza
Se encuentra todo nuestro infinito poder de superación y de realización por descubrir.
El “adversario”,  esa sombra que con más constancia se abalanza sobre nuestra vida,
Golpeando con inmisericorde fuerza justo allí en donde más débiles no sentimos,
Nos coloca una vez y otra, como un fatal péndulo ante nuestra propia fragilidad,
Precisamente donde una inmensa sensación de impotencia nos aprisiona y atenaza.
Pero, ese “enemigo” declarado de nuestro sosiego y de nuestra paz interior,
¿No es acaso, también, el mensajero de todo lo mejor en nosotros aún por descubrir?,
¿Y, no está ahí precisamente para que mirándolo de frente, lo superemos?

¡Cuantas veces hemos visto en él, en ese adversario, el acicate para nuestro crecimiento,
Para que encontráramos en nosotros, gracias a él, nuestro verdadero poder ignorado
Y cuya recuperación formaba parte de nuestra principal misión en la vida!
Qué saludable, grato y satisfactorio resulta, pasado ya el tiempo, darnos cuenta
De cómo con su ayuda y por haberlo enfrentado sin sucumbir a la desesperación
Hemos encontrado al fin lo que nuestra alma necesitaba: el encuentro con nuestro ser.
Por eso, uno ha de agradecer infinidad de veces el servicio que nuestras dificultades
Han dado a nuestra vida y en ella a nuestro Camino hacia la realización,
Al obligarnos, tanto en la forma como en el fondo, a la materialización y expresión
De nuestra más elevada tarea, y vivir así con pleno sentido  la existencia.
Firmemente, creemos que detrás de aquello que más duele y  que más nos desestabiliza
Se halla el señuelo que, de seguirlo, sin luchar contra él ni caer en la fácil queja,
Tampoco en el lamento estéril ni en la proyección hacia los demás,
Encontraremos nuestra principal misión, lo que más teníamos que desarrollar.
Y es que, nuestro “adversario” suele ser nuestro mejor Maestro, disfrazado.

Cualidades, tendencias y misión del alma.


Nuestra misión del alma va ligada casi siempre al desarrollo de nuestras cualidades
Y al impulso que tienen para ser expresadas y materializadas en campos específicos.
No es casual el desarrollo de ciertas cualidades y valores en los individuos,
Frecuentemente orientados al servicio que le pueden prestar a nuestra alma.
Mientras de esto no caemos en la cuenta las contabilizamos en el haber de nuestro ego.
En cambio, si nos abrimos a nuestro ser percibimos que son expresión del mismo.
Entonces, es cuando empezamos a ver que lo mejor de cada ser, o sea sus cualidades,
Es justo lo que cada alma quiere compartir, potenciar y expresar.
Y esto es algo muy grande, porque nos damos cuenta de que siendo nosotros,
Es decir, cuando más somos genuinamente nosotros más felices somos
Y más felices se encuentran aquellos con los que convivimos y compartimos.

La misión de cada uno en esencia se reduce a ser uno mismo, esto es lo fundamental
Y a lo que se va a reducir y a resumir la realización del ser en cada existencia.
El impulso a ser uno mismo es el impulso mismo que nos hace buscar nuestra misión.
Mientras uno no se siente plenamente siendo él/ella es que algo está aguardando
El momento o la forma de su  expresión-manifestación-materialización.
Si alguien intuye en sí mismo un potencial diez no puede estar satisfecho
Mientras ve que su expresión es de cinco.
Por eso, la autoestima es imprescindible en el desarrollo de la propia misión.
Sin autoestima no es posible la realización del ser.
Y realización del ser es sobre todo contacto con el caudal de riqueza interior
A nivel de amor-felicidad, inteligencia-sabiduría y energía-creatividad,
Sumado a su adecuada expresión exterior según las aptitudes, cualidades y tendencias
De cada cual. Ese es el camino para el conocimiento y expresión de la misión del alma.

Para conocer nuestra misión del alma


La necesidad de encontrarla y la desazón que ello provoca ya vienen del alma,
Es un inmejorable síntoma de que la frontera que nos separaba de ella se está cayendo.
Si no hubiera alguna clase de autopercepción de lo buscado,
Aunque sea a través del vacío de su ausencia, la búsqueda y la demanda no existirían.
La misión del alma se nos va haciendo progresivamente más y más evidente,
A veces es como un rio muy sutil que siempre nos ha estado tentando y acompañando.
Hasta que en un momento dado el rio de nuestro ser y de nuestra misión nos empapan
Y nos entregamos a él irremediablemente. Somos ya él, nuestro vivir es él.

Nadie que ha descubierto su misión de alma puede relegarla ni rechazarla
Y quien no la ha descubierto pero la busca no puede vivir del todo aún en paz.
Nuestra misión de alma no precisa de confirmación externa
Tampoco va unida necesariamente a grandes eventos, actividades o empresas.
El Amor que se vive en lo que se hace y la alegría que aporta es su mejor expresión.
Se conoce desde dentro de uno mismo, es nuestro ser quien se expresa a través de ella.
Quien ha establecido contacto con la misión de su alma Se alinea con la Vida Una.
Entonces, nuestro Camino Del Ser vibra y resuena con el Camino Uno. Sin dualidades.
La misión del alma no deja residuos de sufrimiento sino de gozo, prosperidad y plenitud
Que son potencialidades del ser expresándose.
Toda misión del alma no nace del ego sino del ser, y transmitirá siempre sus cualidades.
Sea cual sea la forma, campo y característica que tome y en la que se proyecte
Expresará amor-felicidad-belleza, inteligencia-sabiduría, y energía-fuerza-creatividad.
Toda misión del alma está al servicio del amor y del desarrollo del propio potencial,
También el de todo ser en cualquier forma, campo y especialidad donde se exprese.
El encaje pleno en la vida es el mejor signo de que uno está en su misión del alma.

La misión del alma.


El ser humano se ocupa en cosas y de cosas, son sus asuntos, sus ocupaciones.
Tiene tareas, aficiones, intereses; en unas cosas trabaja, con otras se distrae…
Pero de todo eso se puede prescindir en un momento dado, como así ocurre.
Porque nada de ello es esencial en él, aunque para algunos lo parece,
De tanto valor, empeño, pasión, dedicación, entrega e ilusión que invierten.
Las raíces de ese tipo de querencia pueden ser familiares, circunstanciales,
Directamente ligadas a cualidades, habilidades, hábitos o memorias ancestrales.
Si bien, siempre asociadas a nuestra personalidad cambiante y a modos de funcionar,
Incorporados consciente o inconscientemente como placenteros y gratificantes.

En cambio, la misión del alma tiene que ver con fines y causas esenciales.
La necesidad de encontrarla y realizarla nace del propio ser, del alma,
La cual busca expresarse, porque la es, según una forma particular y esencial de ser.
Esto la convierte en tarea fundamental, insustituible, en la que ser y hacer se funden.
No cumplir nuestra misión frustra nuestro destino, para lo que hemos venido,
Provocando así un inmenso socavón de orfandad, tristeza y vacío, en nuestra existencia.
La misión del alma es irrenunciable, como irrenunciable es la conexión con nuestro ser.
Quien autoevidencia su alma, sabe cuál es su misión, pues ambas cosas van juntas.
Conectar con nuestra alma y realizar su misión es el mayor de nuestros propósitos
Y ayudar a que otros consigan lo mismo, una inmejorable decisión.
A veces, parte de nuestra vida es una preparación, sanando y liquidando obstáculos,
Hasta que nuestra misión florece y se impone, abriéndose camino lúcida y eficazmente.
Entrega incondicional, amor y servicio son cualidades que acompañan a toda misión.
Algunos viven en conexión con su alma y realizando su misión pero no lo saben.

domingo, 1 de julio de 2018

La muerte es sólo una ilusión. Sólo hay Vida.


Sólo lo que se basa en fronteras teme la muerte. La muerte es la caída de las fronteras.
Si para el ser no hay fronteras cómo temer a la muerte.
El ego existe en la medida en que hay fronteras, él mismo es una frontera.
Penetrar a una existencia sin fronteras es nacer a la Vida Una.
La Vida Una no contiene ni contempla la muerte.
Donde sólo hay Vida ¿qué es la muerte? Ni siquiera la pregunta se formula.
La muerte es una ilusión que sólo la sostiene la idea de ser un ego,
Si, aunque sea por un instante, esa ilusión se cae aparece lo único que hay: Vida

Puedes dormirte y puedes soñar, puedes incluso pensar o creer que mueres.
Pero no importa, vivirás durmiendo o soñando, pensando o creyendo, sólo eso.
Hasta que despiertes en y a lo único que es, que eres; o sea: Vida-conciencia.
Creer en la muerte no es algo distinto a creer que eres tal o cual personaje,
Y vivir con la creencia de que la muerte es real es también lo propio de un personaje.
Pero como bien sabes, todo personaje es ficción y como tal funciona.
Sepárate de tu personaje, deja de identificarte con él, traspasa esa frontera ilusoria
Y entonces te encontrarás con lo único que hay: Lo Que Eres.
¿Y sabes Lo Que Eres?: Vida, Vida-Conciencia y eso y Plenitud De Ser es lo mismo.
Cuando eso Lo Ves, a partir de entonces, el brillo de Lo Que Es ya no te abandona,
En realidad, jamás te dejó. Con la llamada muerte sólo se pasa una frontera.
Entonces te unes a otra dimensión de ti que nunca has dejado de ser: la espiritual.
Pero si ya dejas caer la frontera, que la mente sostiene y que separa tus dimensiones,
¿Dónde habrá quedado la muerte? Algún día ni siquiera tendrá papel alguno.
Los despiertos al ser, pasarán las fronteras vida-muerte con igual naturalidad
Que al ejecutivo lo mueve entre países para realizar sus gestiones. Así de sencillo.

Vivir la multidimensionalidad sin cortes


Llegará el día en que viviremos existencias totales como seres totales,
Es decir, expresaremos armónicamente todos nuestros registros materio-espirituales
Sin necesidad del recurso a mundos estancos como sucede ahora
Con la existencia cinco sentidos por una parte y la espiritual por otra.
Progresivamente y como resultado de la evolución de la conciencia
Nuestro mundo será uno y con todas las dimensiones del ser integradas.
Porque el ser evolucionado, realizado y despierto habrá trascendido las fronteras
Consciente, subconsciente, inconsciente colectivo y cósmico, y supraconsciente.
Eso supondrá la existencia también en un mundo unificado, integral.
Dioses conscientes seremos entonces. Adaptando en cada momento nuestro cuerpo
A su expresión creativa en las realidades distintas que vayamos manifestando.
La diferencia entre lo material y lo espiritual-sutil se salvará sin dificultad alguna
Y de forma natural. Como sucede con la música, sus notas, modulaciones y escalas.
Todo será la sinfonía de la Vida Una expresándose conscientemente
En sus infinitos matices, ricas y variadas posibilidades. Así lo siente el alma.

Aurobindo hablaba de la Vida divina en la Tierra, ¿no es lo mismo que señalamos?
El ser humano despierto ya no necesita de variados mundos para ser,
En todos los mundos es Él Mismo, y la distinción material-espiritual no tiene sentido.
Existe en la Realidad Una y todo lo demás son variaciones que en nada la modifican.
Con ellas, juega, disfruta, crea y hasta…evoluciona. El Misterio es inabarcable.
Cuando la Presencia Una lo domina todo desde dentro y desde fuera, simultáneamente,
Cualquier cosa que se haga, se sienta, se viva o se experimente
Formará siempre parte del Presente Eterno del que todo nace y es su expresión.
¿No es este el futuro que nos aguarda como humanidad?

La unión entre este mundo y el espiritual


Resulta sorprendentemente llamativo no sólo el corte que hemos hecho
Entre nuestra realidad espiritual y su mundo respecto a la dimensión material,
Sino sobre todo el olvido, el escepticismo o lo que es peor aún la negación de esa.
Somos una unidad, la de nuestro ser, que no es plano sino multidimensional y abarca
Desde las expresiones primigenias de la materia a las más sublimes del espíritu.
Pero nos hemos quedado con la parte funcional-externa,-razón y cinco sentidos-,
Encantados por ella y como si no fuésemos más que sus posibilidades y limitaciones.
Hemos seccionado de nosotros lo más esencial: nuestra fuente espiritual y su mundo,
Así nos hemos quedado con el puro teatro, lo más circunstancial, caduco y variable.
Partidos en dos, cortados por la mitad hemos asumido como natural nuestra orfandad,
Y la vida se ha convertido en infinidad de intentos, bastante ciegos, por superarla.
Pero esto sólo se consigue uniendo lo separado, restañando el irreal divorcio,
Irreal porque la separación es asunto exclusivo de nuestra mente donde sólo allí se da.

Es llegado el tiempo del abrazo entre ambos mundos, de deshacer ese corte mental
En lo que son expresiones naturales de nuestra rica y una multidimensionalidad.
Eso requiere también incorporar a nuestra conciencia a los seres del mundo espiritual
Porque ellos son parte también de nosotros y reflejo de nuestra totalidad,
Además de cómplices implicados y necesarios para/en nuestra realización.
En el mundo espiritual existen infinidad de seres, en planos vibracionales distintos,
Su grado de desarrollo en conciencia y amor los distingue, como en este mundo.
Allí, los ángeles, los seres de luz, nuestra familia espiritual y nuestros amigos del alma
Mantienen una estrecha unión con nosotros, como también nuestros guías y maestros.
Tienen sus puentes de comunicación y sobre todo de amor incondicional abiertos.
Respetuosos con nuestra voluntad sólo esperan ser solicitados para su colaboración.