viernes, 30 de marzo de 2012

RECONOCIENDO Y LIBERANDO NUESTRA SOMBRA

RECONOCIENDO Y LIBERANDO NUESTRA “SOMBRA”.

El león agazapado y la hiena hambrienta,
El cocodrilo asesino, el orangután iracundo,
La víbora y el escorpión que matan,
El vampiro chupasangre, la sanguijuela,
El lobo que asalta y devora las propiedades ajenas,
El pesado y cansino, perezoso hipopótamo,
La culebra, la rata, el halcón y la urraca,
El buitre carroñero y el calamar que se esconde
Tras la tinta de sus mentiras,
El camaleón travestido
Y el loro parlanchín de contenidos vacíos,
Y muchos más animales
Que en nuestro bagaje palpitan
Formando parte
De nuestro zoo escondido.

También el vicioso, el avaro, el ladrón,
El lascivo y gente de prostíbulo,
De los bajos fondos y el hampa,
Así como el pervertido,
El drogadicto, el cobarde, el miedoso,
Y el mentiroso compulsivo,
El bandido, el pistolero y el terrorista, que atentan
Contra víctimas inocentes;
Todos ellos y muchos más
Potencialmente durmiendo
En nuestros recónditos antros,
Vestigios aún de primitivos, ancestrales y también egoístas caminos.

Son nuestras zonas oscuras, la “sombra”,
Partes de nosotros mismos,
Pulsiones que esperan, en nuestro interior,
Por compasión y para nuestro crecimiento,
Ser reconocidas, comprendidas, integradas y amadas,
Única forma de ser trascendidas y liberadas,
Liberadas de la función que tuvieron  a causa de la ignorancia
Y nuestro escaso desarrollo, aún, evolutivo.

Es el foco de la Luz sobre ellas la que las desactiva,
Haciéndolas inviables, caducas, erróneas e inservibles,
Y no el decir, sin más, que en nosotros no existen.
Una vez abrazadas, soltarán sus viejos amarres,
Y podremos decirles del todo adiós para siempre,
Como se diría a un viejo camarada
Que muere en paz en nuestras manos en el campo de batalla.
Porque de verdad, entonces sí, serán inservibles,
No sólo disimuladas y reprimidas,
Y sentiremos, expansiva, ya sin trabas, la Luz de nuestro Ser llenándolo todo.

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