Tampoco para negarlo, ni afirmarlo, precisamente por
ser el Ser Uno.
Esto me parece absolutamente evidente, natural,
lógico e incuestionable.
Así Es. Punto de partida y también de llegada.
¡Formamos parte del Uno!
Qué raro que no lo hubiésemos visto antes. Si niegas
El Uno te niegas a ti.
Ohhh!!!!!, Qué maravilla. Cierto, lo es. ¿O no es
maravilloso sabernos en el Uno?
Ala, lo diré también al modo tradicional: ¡nada hay fuera de Dios!
Allá donde mires o no mires, donde estés o creas no
estar, en todo tiempo,
En todo espacio y lugar, todo es El uno, todo es Lo
que Es, Todo es Dios,
Por mucho que nos empeñemos en lo contrario, seas
creyente, ateo, agnóstico,
O lo que a ti te de la gana. Pues eso es Lo Que Es,
dicho de otra manera: Lo Que Hay.
Amigo, amiga, esta es la más grande de las noticias
que se te podría dar:
Estás, estamos rodeados pero no sólo por fuera, pues
también por dentro,
En cualquier dirección o punto cardinal todo es,
eres, somos, Eso: Lo Uno.
¿Y Ahora qué? Pues a sacar consecuencias y conclusiones.
Tan revolucionarias, tan radicales y tan
contundentes que pueden minar
Toda mirada sobre lo que somos, lo que es la
realidad y nuestras creencias
Si es que ellas están atadas a la percepción de
mosquito
O a la mirada constreñida de cualquier militante de
cualquier bando religioso o no.
Por cierto, a mí me enseñaron que Dios estaba en el
cielo, en la tierra y en todas partes,
Vaya, y yo me lo creí y me lo creo: EN TODAS PARTES, no en unas sí y en otras no,
Por pura lógica: porque eso es una característica
esencial del Absoluto, o sea, del Uno.
Que, además, por Absoluto, es igualmente Infinito
como Todo y como “partes”,
Si es que las tiene, y en todo caso habrá que ver
qué son y qué significan.
Por ejemplo, nosotros mismos y todo lo que vemos, más
aún, todo cuanto existe.
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