viernes, 18 de enero de 2019

La muerte: la gran lección magistral


Hay muchas formas de vivir la vida, es decir, todo cuanto acontece en ella,
y morir es uno de esos acontecimientos, sin duda  de los más importantes.
Si todo lo que se vive tiene el sentido de servir al propósito del alma,
que al encarnar busca experimentar, aprender, crecer, evolucionar y servir,
no cabe duda de que el “hecho” de morir reúne todos los requisitos para realizarlo.
Morir, algo no casual, es todo menos una desgracia, una tragedia, o un sinsentido,
realmente es la “última” lección que aprender y enseñar a la vez, una gran lección,
a la que se asiste, tanto desde el que la “experimenta” como desde el que la observa,
según el grado de conciencia, inteligencia, amor y disposición interior que se  tiene.
“Morir” es una acto fundamental, no es un trámite, ni una circunstancia accidental,
es una gran oportunidad para integrar, comprender, reciclar, superar, trascender y ser.

Según  como se ha vivido y se entiende la vida, se experimenta y contempla la muerte.
Siendo que en la vida todo forma parte de un plan, nacer como morir no son aleatorios,
sino que el donde, cómo, con quien y cuando son determinados en función del alma,
de todo su mundo, o sea, de sus condicionantes kármicos, aspiraciones y necesidades;
también esto tiene que ver y afecta a quienes acompañan y son testigos del que “se va”.
La muerte en realidad es un proceso que implica y despierta muchos aspectos
relacionados con nuestro crecimiento interno; se puede aprovechar o no;
por eso, hay que tratar de ir más allá de su carácter “dramático-anecdótico”
y vivirla como lo que sí es: un tránsito y un acto-lección, que, además, es “magistral”.
Pero esto sólo se puede entender desde el alma y lo que es, no desde el ego superficial
Sólo capaz de ver pérdida, separación, dolor y sufrimiento: nuestra dimensión terrena.
La muerte sólo es un fin de etapa que anuncia el inicio de otra nueva y más maravillosa;
un buen motivo, pues, de dicha, tanto para el que la vive como para el que la acompaña.


1 comentario: