miércoles, 27 de junio de 2012

LA EXPERIENCIA ESPIRITUAL NO ES UNA FANTASÍA. LA VERDADERA ESPIRITUALIDAD ES EL RESULTADO DE LA MANIFESTACIÓN DE LA REALIDAD SUPREMA.


  La comprensión espiritual de la existencia no tiene nada que ver con una ideología, ni siquiera es una forma de pensar más, es el resultado lógico y natural del desarrollo evolutivo del ser humano. El ser espiritual se corresponde por lo tanto con un nivel del crecimiento humano que trasciende aunque integrándolos todos los pasos y aspectos anteriores de nuestro crecimiento.

Con la mente llegamos a un tope en nuestro desarrollo, ella nos deja a las puertas del siguiente paso evolutivo que se corresponde con la apertura y la presencia consciente en nosotros del espíritu. Cuando nos abrimos a esa realidad espiritual y trascendente, aunque inmanente en todo, nuestra vida se transforma radicalmente en la medida en que asumimos nuestra identidad espiritual, nuestra condición de almas, de seres espirituales.

 La realidad espiritual no tiene nada que ver con una exclusión ni huida de la vida, todo lo contrario, nos lleva a una profundización radical de la misma, de la que adquirimos entonces su verdadera dimensión y sentido.

El ser espiritual real ha integrado todos los pasos y tramos previos de su crecimiento, los ha abrazado todos y a todos les ha dado su verdadero valor, ni más ni menos. El verdadero ser espiritual abraza los dos aspectos de la realidad, el de la luz y el de la sombra, el del subconsciente y el de la supraconsciencia. El resultado es el surgimiento del verdadero Amor, de la auténtica Sabiduría y de la Acción correcta y creativa.
Aquel que ha despertado a su ser espiritual se convierte en un servidor planetario allá donde se encuentre y con los medios, cualidades y posibilidades que tiene, sea en la cocina, sea cuidando a su bebé, sea en el aula dando clases, en una oficina, en el campo, en la vida política o en un monasterio, donde sea.

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