miércoles, 20 de junio de 2012

LA VIDA VISTA DESDE EL EGO NO ES LO MISMO QUE SI SE CONTEMPLA DESDE EL PLAN DE NUESTRA ALMA. IMPORTA QUE DESCUBRAMOS AL SERVICIO DE CUAL DE LOS DOS ESTAMOS.



La vida vista desde el ego se interpreta de una manera, pero contemplada desde la óptica de la evolución y el plan de nuestra alma se comprende de forma diferente.

Las luchas, desvelos y esfuerzos del ego sólo buscan apuntalarse a sí mismo, son egoístas, aunque a veces se disfracen de otra cosa distinta como la bondad o las buenas intenciones.

Cuando descubrimos el plan de nuestra alma, entonces nos damos cuenta de la cantidad de energía que hemos perdido en nuestra vida en acciones, aventuras y proyectos totalmente vanos que no tenían en el fondo otro fin que el de alimentar nuestra vanidad e importancia personal, y de los cuales normalmente lo que extremos es sufrimiento y sensación de vacío.

Cuando hemos descubierto cual es la finalidad real de nuestra vida y para lo cual nuestra alma quiso nacer, entonces la perspectiva de nuestra existencia cambia, quitamos el foco de nuestro vivir de ciertas pretensiones y nos empezamos a concentrar en otras muy diferentes, normalmente de servicio, humildad, paciencia, comprensión, interés por los demás, autoconocimiento, apertura y entrega a Lo Superior, etc.

Lo que son triunfos para nuestro ego suelen ser fracasos para nuestra alma y viceversa. Al final lo que de verdad cuenta es si hemos sido fieles o no al propósito que nos trajo a este mundo. Nuestro corazón sabe mucho de esto; nuestra cabeza suele estar llena de pájaros. Nuestro corazón no miente, nuestra cabeza sí.

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