miércoles, 26 de junio de 2013

ESE FUEGO-LUZ-ORO, LLUVIA FINA QUE DESCIENDE, QUE QUEMA TODOS MIS MIEDOS

Me senté, como otras veces, y entré en ese "taller" de silencio en el que trabajo mis cosas, sobre todo mis miedos, todo aquello que me impide gozar en el ser y desde el ser que Soy. Tomé alguno de aquellos, sobre todo el que más tocaba la raiz de otros muchos, sentí ese miedo, lo vi y localicé, lo observé con suma atención, cuidadosamente y de todas las formas, sin prisas, profundamente, lo experimenté en el cuerpo que me trasladaba a los recuerdos donde se gestaba, y ese miedo se convirtió en objeto que podía mirar, no era yo.

Entonces, cuando llegué a ese punto quise hacer el cambio, la transmutación, y así lo hice, trayéndome al recuerdo una experiencia muy viva e intensa que tuve y en la cual un chorro de fuego-luz-lava-oro descendió
atravesándome de arriba abajo regalándome su amor vivo, su poder inmenso, su presencia infinita, el todo del todo llenándome de un inmenso gozo.

Esa lengua de fuego, de luz, de oro fundido, más intenso y vivo que la lava saliéndo de la boca de un volcán, amiga ya para siempre de mi Yo profundo. Fuego, luz, potencia que ya no me abandona y que desciende constante, como lluvia fina de arena áurea sobre mi; pues bien, Eso lo he dejado donde estaba el miedo que de ese modo se ha ido en retirada. Ahora, sé que siempre que los miedos me vengan he de conectar con esa Fuerza Viva de Luz y más que luz que sobre mi  y  sobre todos, aunque por su
sutileza no nos demos cuenta, continuamente está descendiendo.

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