domingo, 1 de septiembre de 2013

ESO QUE LLAMAMOS "DIOS"




 El nombre no dice nada, llámese como se le llame lo que trate de nombrarlo sólo será una palabra y las palabras muchas veces desorientan en vez de señalar, ni siquiera un concepto sirve para definir a Dios. Nosotros aquí entendemos o más bien intuimos como tal a Lo Real, Lo Que Es, y fuera de lo cual nada existe, pues Eso, Dios, es Todo y todo en todo, de forma que cualquier cosa que se pueda mostrar, concebir, representar, crear o pensar es un modo del ser de Dios.

No es algo que esté ahí o allá, dentro o fuera, arriba o abajo, delante o detrás; al contrario, pues todo: conceptos, objetos, circunstancias y cualquier clase de ser están en Él, del mismo modo que todo surge de Él. Tampoco es masculino, ni femenino, ni neutro sino el origen y la causa de cualquier estado, modo o realidad, sea esta manifiesta o concebible.

Sin “Eso-El-Ella”, es decir Dios, nada es. Es la Presencia que brilla y late tanto en el vacío primigenio como en los universos inmensos, en el pálpito de la energía que se condensa para formar la primera partícula de materia y en la suma infinita de estrellas, en la sonrisa de un niño y en el corazón de los incontables mundos. Conciencia, Inteligencia, Amor y Poder sin límites son la materia prima original, el ser divino, que en cada acto creador se expresan.

Si actúas es Dios quien actúa, si descansas es Dios quien descansa en ti y a través de ti, también si sueñas es Dios quien sueña, hagas lo que hagas y suceda lo que suceda todo es Dios siendo en sus innumerables rostros, formas, estados y acciones. Nada queda fuera de Él. Lo que llamamos bien, como lo que llamamos mal son igualmente movimientos de Dios, juegos, gestos que en un punto que se nos escapa confluyen y se integran en la eterna e indivisible Unidad que todo lo contiene.

Él es lo más tú de ti mismo. Por eso si te encuentras lo encuentras, y viceversa. Todo cuanto puedas concebir, sentir y vivir de ti lo señala a Él, y muchísimo más, infinitamente más. Es Persona si lo necesitas así e impersonal al mismo tiempo. Con el corazón lo encuentras, con el sentir lo vives, pero la experiencia que de Él se tiene es intransferible, íntima e incomunicable. Una brisa, un aroma, un suave goce del alma, una cascada de luz sobre tus hombros, una alegría sin objeto ni causa, un silencio más allá del silencio, lo más inmenso, el puro poder, el mismo amor,…qué se yo, no hay palabras para comunicarlo…, si lo has sentido sabrás de lo que hablamos, si no, no. No se puede señalar, ni mostrar y menos demostrar…O lo ves o no lo ves.

Nada ni nadie lo agota, lo retiene, lo contiene, ni lo representa…del todo. Es el que mira a través de nosotros, el acto de mirar y lo mirado. Si contemplas el amanecer te acaricia con su belleza y su luz, si contemplas de noche las estrellas del cielo te hace sentir un pequeño estremecimiento que recorre tu columna, cae una hoja de un árbol y te llega de Él su aroma; una nube, una gota de lluvia, el polvo del camino, un niño, un anciano son Dios pasando. Donde menos te esperas lo hallas, en lo insignificante y en lo inmenso. No hay zonas para Él de privilegio, todo hasta lo más impensable son sus templos. Creyentes, ateos, escépticos, agnósticos, espiritualistas, materialistas…, unos y otros representan tan sólo esfuerzos de la mente por afirmarlo o negarlo, pero Lo Que Es, es más que eso, aunque todos ellos también son su rostro.

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