martes, 11 de abril de 2017

¿Cómo nacemos a la existencia como seres?

              Nosotros somos como “pliegues” en la existencia de la totalidad de Dios, también podríamos decir que somos como “pensamientos”, “aventuras” que nacen en su interior, “movimientos creativos”, como juegos en su existencia. Él mismo jugando a multiplicarse en infinitos yoes-dioses. Somos, pues, sin duda alguna, particularidades de su totalidad con el potencial de su totalidad misma. Es así como suceden las cosas, porque está en la esencia de Dios que sucedan así, sin más causa ni razón que el hecho en sí de suceder de tal manera y no de otra. ¿Por qué nacen las flores?, ¿por qué existen ríos? y ¿por qué montañas?, todo tiene un por qué idéntico: su Voluntad, que es la voluntad de la que todos formamos parte. Es así como se dan las cosas. Todo es el resultado de un acto creador, y la existencia es una creación llena de infinitos matices. Todo es la obra de Dios, no de un Dios ajeno a nosotros sino del Dios que surge como siendo nosotros y con voluntad de ser tal y como somos.
            La Voluntad de Dios es La voluntad del dios que somos. Nosotros hemos decidido existir como seres-dioses, y en potencia, además, de ser la totalidad misma de Dios. En la Mente de Dios hemos surgido, como chispitas de conciencia dispuestas a recorrer el camino de vuelta hasta ser también nosotros la misma Mente-Dios de la que surgimos. Y esto lo hacemos a través de existencias particulares como almas, nacimiento tras nacimiento hasta alcanzar evolutivamente nuestro Despertar, que es lo mismo que decir: nos damos cuenta de que somos el puro gozo de ser en el deleite de existir y crear sin fin.


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