viernes, 14 de abril de 2017

Dedica tiempo a intuir, contemplar, comprender y gozar ese Fondo que eres.

           
Desde que nos despertamos por la maña hasta la noche ocupamos nuestro día en cientos de pensamientos, emociones  y acciones, que por lo general tienen que ver casi siempre con nuestro cuerpo o nuestra personalidad, con nuestra existencia, seguridad y confort. Miedos, deseos y temores resumen el abanico en el cual nos desenvolvemos durante las veinticuatro horas del día. Perseguimos el bien y huimos de aquello que consideramos el mal para nosotros, teniendo por esto último todo cuanto de un modo u otro nos puede hacer sufrir. Y así, tranquilamente o con algún altibajo transcurre nuestro día a día.
            Pero, curiosamente, no ocupamos ningún tiempo a lo que es más importantes y fundamental en nosotros: nuestro Ser; como si este no tuviera nada que ver con el modo de sentir y de vivir la vida, como si fuese sólo algo vago y distante, una especie de nube de la que algunas veces se oye hablar, inconcreto, vaporoso….tanto que hasta suena a irrealidad, el ser, nuestro ser. ¡Vaya cosa!
            Pues se trata ni más ni menos que de lo más real y estable en nosotros, el que es la fuente, el origen y el promotor de todo cuanto estamos viviendo, el diseñador y foco central que ha hecho y hace posible cada uno de los momentos, aventuras, proyectos y movimientos que luego en nuestra vida encontramos y realizamos. Nuestro ser es el verdadero artífice de eso que llamamos “nuestra vida”. Y el alma, nuestra alma, es el realizador, ya que es a través de ella como toda la obra se va desenvolviendo.
            Dicho lo cual, lo que ahora planteamos es que, siendo así las cosas, qué extraño que volcados con el exterior de la acción, de los pensamientos, miedos y emociones nos hayamos olvidado de la Fuente, del ser. ¡Qué despiste tan grande el nuestro! Pero ahora, una vez nos damos cuenta de ello podemos corregir nuestra desorientación y encontrarnos con nuestro ser, con la base y fundamento de todo. Cuando esto se hace nuestra vida cambia, todo se integra y la alegría de vivir nos embarga.
            Podemos, pues, empezar ahora mismo, parar todo cuanto nos distrae e ir al Fondo desde el cual todo surge y existe en nosotros: nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos. Ese Fondo nos envuelve, ese Fondo lo somos, es puro resplandor, pura conciencia, puro gozo, lo único real que nunca cambia ni perece. Dedícale tiempo, es lo que Eres. Si te mueves Él es la fuerza de tus movimientos, si entiendes Él es la sabiduría que lo hace posible, si sonríes Él es el Océano de la Felicidad de donde todo nace. Parado o en acción estate atento a ese fondo, a tu Ser, a lo más real de Ti mismo.  


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