viernes, 10 de agosto de 2012

Creo que el universo no es producto del azar ni de la necesidad sino la manifestación de la Voluntad Consciente e inteligente de la Fuente-Energía-Poder.



Ni mi razón ni mi sentir pueden concebir que lo que existe
Es el resultado de impulsos o movimientos ciegos y azarosos.
Mi mente se rompe y mi corazón se deshace
Con el sólo intento para llegar a ver de ese modo las cosas.
Demasiada vida consciente con sentidos y sentimientos hondos,
Demasiada perfección, armonía y orden,
Demasiados deseos, intenciones e historias,
Demasiados ojos de niños, de adultos, de ancianos o moribundos,
También de recién nacidos
Transparentando belleza, verdad, bondad, alegría, saber…,
Incluso temor, duda, hasta ira…
Demasiadas luces, demasiadas sombras
Como para reducirlo todo a un chasquear de dedos sin base ni argumento,
Sin voluntad, inteligencia y amor que lo sostengan.

Porque más allá de los argumentos y de las discusiones,
Más allá de lo que unos u otros científicos me dicen,
Más allá incluso de elucubraciones y razonamientos filosóficos,
Pero también más allá de lo que los mismos teólogos
Y los eruditos de las distintas Escrituras aportan
Existen unas “evidencias” interiores
Que cayendo rotundas, como rocas de certeza inamovibles me muestran lo que es.

Y es que, ciertamente, unos aducirán tal o cual interpretación
Que a mi entender las hay y muy sustanciosas,
Fundadas en inteligentes, y muy lúcidas aportaciones
Que te pondrán, sí, ante la misma puerta del más Grande Principio Generador,
Y que casi te permitirán como sentir y tocar con las manos del corazón
La proximidad de ese Fondo Inicial que explica todo lo buscado;
Otros, en cambio, atrapados, o no, en rancios y ancestrales prejuicios materialistas
Proseguirán con su visión chata, racionalista y triste de la realidad
Sin el pálpito cómplice de la Consciencia Intencional.

Ante todo esto, uno tomará de aquí y de allá, informaciones y datos,
Que le llegarán y ante los que experimentará el resonar de su sentir interno,
Ese que te señala certeramente, sin dudar, directamente lo que es y lo que no es.
Y al notar ese sentir verá surgir desde dentro de él
Saberes, conocimientos y respuestas evidentes, claras, “naturales”, simples,
Con la simplicidad, la sencillez y la belleza con que la verdad se muestra.

Y es a partir de ahí desde donde uno puede hablar y decir lo que dice,
Que es algo así como que:

El universo, todos los universos, están en ti y en mi, no somos diferentes de él,
Tampoco ninguna clase de Realidad,
Porque tú y yo, todos, todo, somos parte
Y a su vez manifestación de la Realidad Una existiendo
A veces tomando una forma y otras otra en una danza sin fin.
Nosotros somos la realidad que se muestra con infinitos rostros, eternamente.

Consciencia total y absoluta, Energía viva y rotunda, tremenda,
Poder insultante y arrollador que todo lo arrasa, construye y destruye,
Ser, Vida plena llena de la totalidad que nunca dejó de ser,
Fondo, Fuente preñada de todo lo que es, lo que fue y lo que será
Dando a Luz desde su abundancia desbordante
Estremecimientos de realidad, amaneceres de existencias,
Primeros rayos de la luz que ningún ojo humano puede captar,
Elementos primarios, expresiones ínfimas de lo que será,
Bigs-bangs aquí y allá, materias, universos, vidas,
Masas de energía y fuego primordial, Materia, materia divina,
Vida, silencio, silencio absoluto ante lo que nos sobrepasa,
Expansión…, mejor callar.

Todo tan perfecto, tan inteligente, con tanta coherencia, cohesión y simetrías,
Orden, belleza suprema,… ¿acaso alguien puede cuestionar esto?
Podríamos manejar números, cifras, estadísticas, las hay ¿y qué?,
Después de todo esto unos verán y otro no. Se puede ver hasta su no ver.
¿Azar?, ¡qué azar tan poco azaroso! o ¡qué azar tan perfecto!,
Porque llegados a este punto qué bello es el azar y qué inmenso…y divino.

Bien, llamémosle como queramos, incluso necesidad,
Monod dixit, ¿y qué? Muchos se cogen a eso para dejarlo todo
tamquam tábula rasa”, o sea, sin Fondo que es como decir sin Consciencia.
¡Cuánto empeño!, ¿por qué?,
¡Si con eso no disminuimos sino que nos completamos!
Pero, argüimos: Necesidad para quien sabe es otro de los nombre de la Verdad,
Pero no entraremos ahora a filosofar, el corazón ahora no quiere,
Sólo quiere gritar su íntima certeza igual como el agua que desborda los pantanos.

Si esto es por necesidad, volvemos a exclamar, ¡qué necesidad tan hermosa!,
De tan maravillosa que es resulta incluso inteligente, e intencional y sabia.
¿Miedo?, ¿acaso alguien tiene miedo a reconocer la Inmensidad Consciente?,
¿Nos apabulla, da vértigo reconocernos y sentirnos en ella?,
Algún día tendrá que ser así y entonces sonarán campanas de gloria
En los corazones más reacios, escrupulosos y precavidos,
Entonces hasta los universos más lejanos los sentiremos cercanos
Porque veremos latir sus átomos y los nuestros juntos, no diferenciados.

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