viernes, 10 de agosto de 2012

Creo que la vida es perfecta, sin errores en su manifestación y que siempre estamos en el momento, circunstancia y con las personas adecuadas.


Todos los colores y todos los matices
Se hallan en la “paleta” de la Vida Una,
También todas las posibles formas y los infinitos temas
Ninguno de los cuales deja de expresar la sabiduría y el ingenio
Del Artista-creador que los produce,
Así es como nos encontramos con la variedad de matices
Que dan lugar a los mundos, circunstancias, situaciones, ambientes, individuos, etc. que se pueden distinguir y contemplar, tan diferentes y distintos, tan antitéticos y aparentemente irreconciliables a veces en su diversidad:
Maravillosos, sorprendentes, bellos, amables, agradables, pero también en ocasiones repulsivos y repelentes, incluso horribles o detestables.

Pero la Vida que late detrás de todo es siempre la misma,
Así como la intencionalidad que los dirige e impulsa.
En esto no hay excepciones, ni errores, ni despistes,
La Vida sabe y por eso todo expresa un orden, una armonía, una bondad, belleza e inteligencia que no porque se nos escape o no sepamos apreciar no está presente.

El universo si algo no tiene es uniformidad, igualdad, repetición o monotonía,
Más aún, en el mundo de las formas, de los pensamientos y de lo que cambia
Cualquier identificación de la belleza, bondad, inteligencia o verdad
Con objetos, circunstancias o personajes es una proyección equivocada
Que más tarde se nos devuelve por la vida misma en su cruda realidad.
“Nunca volveré servir a señor que se pueda morir” fue la expresión
Que dijo S. Francisco de Borja ante el cadáver de su señora.

Todo lo que cambia y, por lo tanto, más pronto o más tarde perece
Es tan solo un cadáver en potencia,
Y un cadáver en potencia no puede nunca ser la verdad, la bondad  o la belleza,
Pero en cambio sí esconder detrás, en el fondo,
El amor-felicidad-gozo, la inteligencia-sabiduría y la energía-fuerza y poder
De la Vida Una.
Todo lo que no sea eso en sí, más pronto o más tarde nos va a frustrar,
Tal y como de hecho ocurre.

La perfección de la vida y por lo tanto su belleza no reside en ninguna clase de Apariencia, pero también hay que decir lo mismo al revés, es decir,
La apariencia de imperfección y de injusticia tampoco expresa
Que exista allí una equivocación de la Vida Una.

Ciertamente que nos cuesta aceptar o comprender esto.
¿Cómo reconocer que detrás de un asesinato, una tragedia natural o humana
Pueda esconderse la perfección del Ser, de Dios o de la Vida expresándose?,
¿Cómo estar de acuerdo en que una situación de paro laboral,
El desahucio de una casa, una separación no deseada,
Una enfermedad grave, un conflicto familiar, una discusión vecinal
O la imposibilidad de poder acabar un mes por falta de recursos económicos
Pueda ser una situación perfecta?
Pensar así, es una locura, una perfecta locura…¿o tal vez no?

Hay dolor en todo esto, cierto, hay sufrimiento, sin duda, así suele ocurrir.
Pero miremos ahora con perspectiva, con una cierta distancia y no “en caliente”,
Miremos el movimiento profundo que se esconde detrás de las cosas,
Entreveamos la Vida con sentido y sabia expresándose detrás de las apariencias
Y preguntémonos a donde nos llevó tal o cual experiencia dolorosa,
¿Qué es lo que aprendimos, qué desarrollamos,
Qué pudimos comprender, corregir y trascender como individuos o como grupo Humano?
¿Acaso sabemos de algún conocimiento que no se haya adquirido
Después de experimentar y probar, después de sentir satisfacción o sufrimiento?

La perfección de algo no se puede medir con los patrones del gusto o disgusto,
De si es agradable o no,
La perfección de algo la da el sentido de lo que se esconde detrás de su apariencia,
De aquello hacia lo que la Vida Una nos lleva
Aunque a veces sea por caminos aparentemente tortuosos o aparentemente injustos y repelentes.
Suele ocurrir que mientras se transitan los caminos de la existencia esto no se ve,
Sólo se conoce cuando se ha ido más allá de las noches oscuras
En las que a veces entramos
Y también cuando se ha podido ver detrás de todo este entramado
La claridad de la Luz, la verdad y la realidad del Ser que somos
El cual es inafectable por el fuego, el frío, el color y cualquier apariencia.

No se puede ver ni comprender nada de cuanto hemos dicho
Si no nos abrimos a reconocer y aceptar
El hecho de que nuestro existir no se circunscribe ni limita
A ninguna circunstancia determinada, ni siquiera a una existencia única.

Sólo desde la intuición o visión de que nuestra vida
Trasciende cualquier fragmento particular de historia personal o colectiva,
Y de que nuestra aventura como almas en evolución es infinita,
Abarcando todas las posibilidades de manifestación y experimentación,
Se puede empezar a entender esto, de otro modo es casi imposible.

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