Como nubes del cielo
así pasan delante de lo que yo soy
Los pensamientos y
las emociones, las sensaciones y los sentimientos;
Los puedo ver, darme
cuenta de ellos
Y hasta puedo
mezclarme y confundirme con lo que son
Como cuando uno se
pierde y olvida de sí
Al ser envuelto y
arrastrado en medio de un torbellino de bravas olas
Que rompen fuertes en
la playa cuando el mar no está en calma.
Ahí están los
pensamientos más o menos activos,
A veces muy sutiles,
casi callados, con las cargas emocionales que alientan,
Y uno notando sus efectos
que colorean todo cuanto ven;
Pensamientos a veces
de temor, de duda, de inseguridad
Con sus respectivas
ansiedades, sus tristezas, miedos o melancolías,
O, por el contrario,
si aquellos son más venturosos,
Con sus alegrías,
optimismos y contentos.
En ambos casos
pensamientos
Y en ambos casos
emociones o sentimientos.
Pero yo siendo
siempre el mismo,
Aquel o aquello que
yo soy y que hace posibles
A ambos tipos y
clases de pensamientos con sus reacciones.
Porque yo soy en el
corazón de mi ser
Un centro de Poder
que en sí mismo es verdadera Fuente de Plenitud y de Vida,
Un centro en donde lo
que existe no son las reacciones emocionales o sentimentales
Sino la Alegría , el Amor, la Inteligencia y la Energía puros,
Independientes de
objetos, circunstancias y pensamientos.
Ese centro es a su
vez Consciencia también pura, sin objeto.
Hay que ser muy
hábiles para que la mente no nos atrape
Y muy despiertos para
que las emociones no nos arrastren
Ni nos alejen de lo
más real de nosotros, de ese centro.
No es fácil cuando
aún se cree tanto en la realidad de nuestro ego,
Es dificultoso cuanto
menos hayamos conectado y vivido
La paz, la serenidad,
la alegría, el gozo y la plenitud de nuestro ser.
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