sábado, 22 de febrero de 2020

El Origen, Lo Uno, y en ello toda diversidad.

         Como una ola con respecto al Océano, o como una gota de agua respecto al Océano, eso es lo que siento ser con respecto a la Totalidad de Lo Que Es.

         La Totalidad de Lo Que Es es el Origen, es el Uno, es el Todo, es Lo Real.
        Torpemente, sin acierto, no aclarando nada, tratando de decir algo, queriendo señalar sin saber muy bien qué, tan solo eso, se le ha llamado Dios. Palabra que cada vez me gusta menos utilizar, por lo gastada, por lo abanderada, por lo manipulada, por lo interesada. ¿Habrá, pues, vocablo alguno, lenguaje humano que haga que nuestra mirada gire en la dirección hacia Lo Real y acierte? Imposible tarea, vano intento. Pero lo intentaremos, una y mil veces, por necesidad de hacerlo, de compartir lo que se atisba y se siente...

         De Eso, pues, del Antes de todo, pero que siempre es Ahora, del siempre Ahora, del eterno Presente, de la Existencia en sí misma, de...., de Eso quería decir algo, pero, claro, no encuentro palabras para hacerlo, lo que contrasta con el hecho de ser eso, de Lo único Real, de lo que quiero hablar, del Ser Uno, o lo que a todo da realidad y consistencia, como el Océano se la da a la ola y a la gota de agua.

        Porque Todo, sin excepción, es, somos expresiones y formas de Eso: he aquí la base de la Unidad, de la no dualidad que a todo subyace. No hay excepción  a esa regla, no cabe levantar muros para separar a unos de otros: lo espiritual y lo no espiritual, los buenos y los malos, lo que me gusta de lo que no me gusta. Esas separaciones, todas, son sólo juegos de nuestra mente, el juego de las existencias, y está bien que sea así, pero sólo para que el juego se realice, nuestro juego, pero sólo para eso. Si de verdad nos damos cuenta de lo que estamos diciendo todo odio desaparece, el enemigo se convierto en nuestro complementario, nuestro compañero de juego nuestro cómplice, sin el cual la realidad se volvería plana, como el Océano sin ola alguna cuando el Sol planea sobre el espejo sin arruga y calmo del Mar.

     
Desde esta óptica Amar es la única posibilidad, amar que es resonar en y con la Unidad del Ser.

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