jueves, 13 de febrero de 2020

Toda existencia tiene un significado y un sentido.

Nada de lo que nos sucede ocurre por casualidad ni es fruto de la fatalidad. De otro modo la existencia carecería de sentido. Y el Sentido (la armonía, coherencia, belleza y orden) de todo es lo que más se nos evidencia e impone. Es lo que se nos muestra cuando entramo a ver y sentir la Realidad en su conjunto pero también, cuando sabemos entrar en ella, de forma particular.
Todo acontece dentro de una lógica suprema, nada es un capricho deshilachado. Por eso, mismo no es acertado ser jueces de nada ni de nadie en lo que al significado y sentido de su vida se corresponde. Todo en todos está ajustado a lo que es y a lo que ha de suceder.
Del mismo modo que el crecer de una planta sigue su particular proceso, así sucede con nosotros, si bien en nuestro caso este proceso esta condicionado y guiado por el despertar progresivo de nuestra conciencia y la evolución de nuestra alma.
En la medida en que esto va sucediendo, podemos entender y saber, de lo contrario sólo podemos tantear como ciegos.
Cuando las cosas se comprenden, y esto ocurre hasta con lo más aparentemente absurdo e incómodo o doloroso para nosotros, todo cambia, porque se ve el papel y lugar de cada cosa, y, por lo tanto, su significado y su sentido. Siempre, dentro de un perfecto guión que nos conduce a concienciar, vivir y realizar más y más lo que de verdad somos: luz, amor y poder.

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