martes, 11 de febrero de 2020

Frente a tanto manipulador externo, sé tu mismo, sé tu ser.

         No existe otro camino a seguir para alcanzar la Plenitud que el que pasa por nuestro Corazón. Y si, adulterado, como tal nos lo ofrecen, con amañadas doctrinas, ideologías liberadoras y otras engañifas que lo que pretenden es suplantarnos a nosotros mismos, todos ellos, sin excepción, son falsos.
         El mundo, este mundo en el que vivimos, a nivel externo, pero también desde la trastienda que no se ve, está dominado por mentes que lo que buscan es poder, un poder egótico basado en la individualidad más excluyente e interesada, que ve en los demás instrumentos y medios, objetos a utilizar, para sus fines.
         Son esos poderes, instalados sobre todo en los mecanismos de la política o de las religiones, porque son medios muy propicios para que gente vacía de sí en ellos se infiltren, los que pretenden ocupar usurpándolo nuestro poder, dejarnos sin él. Y lo hacen, tras querernos convencer de que sin ellos no somos nada,  presentándose como nuestros libertadores y salvadores.
         La política, en sí misma, no es mala, la religiosidad tampoco, pero estas se pervierten en manos de gente de un nivel bajo (que no se han abierto aún al nivel de su alma y de su ser) que se nutren a través de ellas para colmar sus bajos instintos y deseos, y que lo que buscan, muchas veces sin saberlo ellos mismo, es tapar de ese modo su propio vacío interior. Son depredadores de las conciencias de los demás, que se alimentan de nuestra inseguridad y de nuestros miedos.
         La mejor protección y defensa frente a tanta manipulación que nos viene de fuera y que lo que busca es confundir a las personas para hacerlas dependientes de todos ellos ( en realidad
son lobos vestidos con piel de oveja), es volver a nosotros mismos, a nuestro interior, en donde siempre podremos encontrar la Polar que nos guíe, y, en definitiva, al único libertador real.

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