viernes, 12 de mayo de 2017

NIVEL DEL ALMA DESPERTANDO. (Yo espiritual despertando)

No es que el ego desconectado del alma y del ser haya desaparecido, está ahí del todo, a veces incluso con más fuerza que antes. Pero ya existe un impulso y un deseo interior que es diferente del que dominaba el mundo de ese ego. Ahora existe una preocupación clara por el más allá de la muerte, por comprender lo que nos está pasando, se busca el significado de lo que hacemos y de nuestras relaciones, hay un deseo de comprensión sobre la evolución de nuestras vidas, la intuición empieza a ocupar un lugar más importante que antes y presentimos que somos algo más que el cuerpo y la mente. Desde esta nueva perspectiva que va surgiendo en nosotros, la visión plana y egótica que antes presidía nuestra existencia (vivir adaptados, protegernos, triunfar, calidad de vida, etc.) adquiere un relieve de profundidad característico: nos convertimos definitivamente en buscadores de la verdad y de la realidad sobre nosotros, el mundo y el universo. No es que uno se tenga que ir a ninguna montaña, ni que tenga que prescindir de sus cosas, nada de eso, la vida continúa, más o menos como antes, o no, eso ya depende de cada cual, pero ahora queremos saber, estamos comprometidos con nuestra verdad. Y todo eso sucede porque un nuevo nivel más desarrollado de nuestra alma, ahora más ligada a la conciencia se está haciendo presente. Porque nuestra alma está empezando a despertar, y un nuevo sentido de identidad o de yo más interiorizado, menos mental y emocional, está surgiendo.

¿Y qué hacemos con nuestros problemas, con las dificultades, con las dudas?  Mirarlos simplemente, darnos cuenta de que están ahí, experimentarlos y dar la respuesta más inteligente e integral que podamos y sepamos dar. Con una particularidad, ahora incorporamos que los problemas están ahí para aprender, sacar nuestro potencial afectivo, intelectual y energético, sólo parea eso, porque lo importante ahora ya no es el problema  en sí, sino el significado que tiene para mí, a donde me lleva y en qué me hace crecer. Eso es colocarse en el nivel del alma despertando y entrar en la dirección del despertar a lo que se es. Porque el alma despertando empieza a ver que todo es como un teatro, por muy aparatoso que sea lo que se nos ponga delante. Y que lo verdaderamente real es aquello que me ha traído a vivir: evolucionar y despertar hacia la conciencia de ser, de ser un centro de luz y de poder, de amor y de sabiduría. Todo lo demás es pura parafernalia, sólo eso.



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