domingo, 16 de septiembre de 2018

¿Quién es, para mí, Jesús, el Cristo?


Por desgracia prescindí de él en mi vida, no lo tuve en cuenta. Fueron otros tiempos.
No me ocupé de su significado más que de forma analítica y racional, tópica.
Creo que así me defendí inconscientemente de la manera interesada como me llegaba.
No quería que nadie me vendiese un producto religioso. Y menos para que me salvase.
No pertenezco a religión alguna. No me dicen nada. Son eso, productos, creaciones.
Sí me importa, porque lo soy en esencia, el Espíritu, Dios, el Fondo o Todo Uno.
A Jesús, el Cristo, lo experimento como a mi propio Cristo interior. ¡Qué brillo!
A hacer puñetas todos los dogmas y tonterías que me contaron. Son nada, bobadas.
El Cristo es real porque se vive y se siente, llega y renace en cada corazón, en el mío.
Y ese Cristo es Unidad, Luz, Resplandor sin igual. Fuego y Amor, presencia conmigo.
Si lo puedo experimentar, cómo dudar de su realidad. Encarnó y mi corazón lo sabe.
Encarnó en un ser humano, como hoy encarna también en cada hombre y mujer
Que se abre a su Cristo interior. Y eso es Dios en todos, no en unos sí y en otros no.
Todo lo demás son películas, montajes, ingeniería religiosa, intereses del ego.
Jesús, el Cristo, en el que yo creo ni siquiera es cristiano. ¡Soltadlo ya de una vez!
No es de nadie, es nuestro ser más real e íntimo. Es el Cristo universal, nuestro ser.
Y él, el nazareno, lo refleja, desde su humanidad trascendida, supramentalidad divina.
¿Es Dios?, pues claro, como todos, no más, no menos. Y ese era, y es, su mensaje.
¿Él, Hijo de Dios? Toda manifestación lo es. ¿El único Hijo? Eso ya es teología mala.

El Cristo inunda mi ser, vive en mí, me recupera de toda vaciedad. Fuego en el alma.
A través de él todos los universos se me acercan y con ellos me uno a Lo Que Es.
Despojado de interpretaciones se filtra a través de mi corazón y en mi conciencia nace.
Ahora ya me siento más cerca que nunca de Él. Sin religiones, sin intermediarios.
Cristo vive en mí, en todo, lo experimenta quien se abre a Lo Superior en su ser.

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