sábado, 1 de septiembre de 2018

Ensoñando el más allá. La llegada.


Alegría, gozo inmenso, indescriptible, amor a raudales, encuentros…
¡Es verdad, todo fue un cuento, un inmenso cuento que nos habíamos creído!
La muerte, qué truco, qué mentira, lo diré, lo contaré cuando de vuelta otra vez regrese.
Insistiré: por favor, dejad ese sueño tan inútil y aterrador; la muerte no existe,
Creímos en ella, porque ignorantemente pensábamos ser nuestro cuerpo. Locura.
Estoy ya en el otro lado, llegué, al fin. Reconocimientos, amadas y luminosas almas,
¡Es todo tan bello! Azules, dorados, cielos infinitos penetrándonos, y qué vivo es todo.
¡Vida viva! Ahora sé porque la de antes no lo era, tan rebajada, tan pobre de energía.
Desprovistos del cuerpo físico, ahora la realidad nos inunda sin filtros de ninguna clase.

Me rodean, me abrazan, esto es una fiesta de amor. El corazón es el que habla,
Todos nuestros corazones resuenan en el más puro sentir.
El lenguaje no es el de las palabras, tan primitivo, tan lento, tan pobre…
La comunicación es de ser a ser, tan total, tan completa e inmediata. Alegría con alegría,
Amor con amor, inteligencia con inteligencia. Eso lo es todo, lo dice todo.
Me siento ser como nunca antes me había sentido. Soy más yo que nunca,
Y, sin embargo, siento que soy en los otros y los otros en mí. Sé lo que es el Amor.
Estamos hechos de hebras de luz dorada, somos luz dorada viva y consciente.
Vivía antes en un cuarto oscuro y de repente ahora se cayeron las paredes,
En su lugar, ha aparecido una inmensidad de ríos, bosques, pájaros de colores,
Vida en su más puro, vibrante y real estado. Nuestro cerebro era un candado.
Las piedras hablan, y allá por donde piso un reguero de luz se expande. ¡Uau..!
Una mirada del más puro amor me llama, nos reconocemos, mi amor eterno, ¡eres tú!,
Revivida en tantas vidas, en tantos rostros escondida. Ahora nos vemos, al fin desnudos,
Dos seres entrelazados en una pequeña danza, la pureza del dios y de la diosa, fundidos.

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