lunes, 3 de septiembre de 2018

Reconexión con nuestro ser


Cada ser humano experimenta en su vida tendencias genuinas muy profundas,
Unas de tipo genético, otras vinculadas a su educación familiar y social,
En cambio hay otras que se relacionan con otra realidad, la realidad del alma,
Que al ser investigada aparece como entidad propia e independiente de lo demás.
Podríamos decir por ello, que del mismo modo que existe el ADN físico,
Hay también un ADN espiritual que contiene el estado y desarrollo evolutivo del alma.
Eso conlleva el que cada individuo tenga un propósito de vida muy específico,
El cual responde a las necesidades particulares que el alma tiene y por las que encarnó.
De esa manera, se perfila un camino que es el que cada uno debemos de seguir;
Si lo andamos correctamente nos hará evolucionar en conciencia, amor y sabiduría.
Es el camino del Dharma que hace que cumplamos nuestra misión en la vida.
Unas personas sienten inclinaciones muy profundas para desarrollar unas cualidades,
Otras para realizar alguna clase de servicio social, médicos, tal vez como artistas,
Quizás como investigadores, filósofos, o atendiendo a personas que las necesitan,
En realidad, el espectro de realización para cada persona es muy amplio y variado.

Algunos han sentido el llamado profundo de su ser, de su verdadero yo.
Estos hacen de su vida un camino muy intenso de búsqueda de su identidad real.
Ese es su dharma y esa su principal misión: el reencuentro con su Sí Mismo, su Yo Soy.
Como todo camino evolutivo y espiritual este se puede rastrear y percibir su desarrollo,
Entonces vemos cómo en la vida de uno todo le ha llevado a eso, al autoconocimiento.
Es una de las metas humanas más elevadas puesto que nos conduce a la Fuente, al Ser.
Aquel que va a la búsqueda de su ser no descansa hasta que no descansa en Dios,
Verdadera meta final de toda vida y existencia. No descansará hasta conseguirlo.
Alcanzado esto lo ofrecerá como el más preciado regalo a la humanidad.

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