La necesidad de encontrarla y la desazón que ello
provoca ya vienen del alma,
Es un inmejorable síntoma de que la frontera que nos
separaba de ella se está cayendo.
Si no hubiera alguna clase de autopercepción de lo
buscado,
Aunque sea a través del vacío de su ausencia, la
búsqueda y la demanda no existirían.
La misión del alma se nos va haciendo
progresivamente más y más evidente,
A veces es como un rio muy sutil que siempre nos ha
estado tentando y acompañando.
Hasta que en un momento dado el rio de nuestro ser y
de nuestra misión nos empapan
Y nos entregamos a él irremediablemente. Somos ya
él, nuestro vivir es él.
Nadie que ha descubierto su misión de alma puede
relegarla ni rechazarla
Y quien no la ha descubierto pero la busca no puede
vivir del todo aún en paz.
Nuestra misión de alma no precisa de confirmación
externa
Tampoco va unida necesariamente a grandes eventos,
actividades o empresas.
El Amor que se vive en lo que se hace y la alegría
que aporta es su mejor expresión.
Se conoce desde dentro de uno mismo, es nuestro ser
quien se expresa a través de ella.
Quien ha establecido contacto con la misión de su
alma Se alinea con la Vida Una.
Entonces, nuestro Camino Del Ser vibra y resuena con
el Camino Uno. Sin dualidades.
La misión del alma no deja residuos de sufrimiento
sino de gozo, prosperidad y plenitud
Que son potencialidades del ser expresándose.
Toda misión del alma no nace del ego sino del ser, y
transmitirá siempre sus cualidades.
Sea cual sea la forma, campo y característica que
tome y en la que se proyecte
Expresará amor-felicidad-belleza, inteligencia-sabiduría,
y energía-fuerza-creatividad.
Toda misión del alma está al servicio del amor y del
desarrollo del propio potencial,
También el de todo ser en cualquier forma, campo y
especialidad donde se exprese.
El encaje pleno en la vida es el mejor signo de que
uno está en su misión del alma.
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