Nuestra misión del alma va ligada casi siempre al
desarrollo de nuestras cualidades
Y al impulso que tienen para ser expresadas y
materializadas en campos específicos.
No es casual el desarrollo de ciertas cualidades y
valores en los individuos,
Frecuentemente orientados al servicio que le pueden
prestar a nuestra alma.
Mientras de esto no caemos en la cuenta las
contabilizamos en el haber de nuestro ego.
En cambio, si nos abrimos a nuestro ser percibimos que
son expresión del mismo.
Entonces, es cuando empezamos a ver que lo mejor de
cada ser, o sea sus cualidades,
Es justo lo que cada alma quiere compartir,
potenciar y expresar.
Y esto es algo muy grande, porque nos damos cuenta
de que siendo nosotros,
Es decir, cuando más somos genuinamente nosotros más
felices somos
Y más felices se encuentran aquellos con los que
convivimos y compartimos.
La misión de cada uno en esencia se reduce a ser uno
mismo, esto es lo fundamental
Y a lo que se va a reducir y a resumir la
realización del ser en cada existencia.
El impulso a ser uno mismo es el impulso mismo que
nos hace buscar nuestra misión.
Mientras uno no se siente plenamente siendo él/ella
es que algo está aguardando
El momento o la forma de su expresión-manifestación-materialización.
Si alguien intuye en sí mismo un potencial diez no
puede estar satisfecho
Mientras ve que su expresión es de cinco.
Por eso, la autoestima es imprescindible en el
desarrollo de la propia misión.
Sin autoestima no es posible la realización del ser.
Y realización del ser es sobre todo contacto con el
caudal de riqueza interior
A nivel de amor-felicidad, inteligencia-sabiduría y
energía-creatividad,
Sumado a su adecuada expresión exterior según las
aptitudes, cualidades y tendencias
De cada cual. Ese es el camino para el conocimiento
y expresión de la misión del alma.
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