martes, 6 de noviembre de 2018

El Destino y el libre albedrío


La condición esencial de nuestro ser es la ausencia de condiciones para ser
Ya que lo que somos en sí mismo es la realidad pura, fuera de la cual nada existe,
Es decir, que nuestro ser lo contiene todo. Esta es nuestra verdad más radical.
Afirmamos esto porque reconocemos en nuestro ser a la infinitud de Dios,
La cual en nosotros y a través de nosotros se contempla, se reconoce y se expande.
Lo único que aparentemente hace que nos sintamos limitados es la identificación
Con cada una de las formas, pensamientos o manifestaciones en que nos proyectamos.
Esas proyecciones en el tiempo y en el espacio, en este o en cualquier universo
Son el fruto de nuestra voluntad, pues nada que no consienta nuestra voluntad
Se puede hacer real dentro del mundo de nuestra conciencia.
Por eso, podemos afirmar que todo lo que vivimos es consentido por nuestro ser,
Pues es él quien ha creado las condiciones infinitas de nuestra realidad manifiesta.
Nuestro ser es principio de realidad y no una consecuencia de ella,
Por lo tanto, nada de lo que vivamos nos puede ser sobreimpuesto por ningún otro ser,
Puesto que no hay más que Un Solo Ser del que todos somos partícipes.
Así que el libre albedrío es nuestra condición esencial.

Son los apegos a las formas y a las condiciones de cada ego lo que nos limita
Y eso es precisamente lo que nos lleva a dudar de nuestro libre albedrío,
Es decir de nuestra capacidad para en la expresión que en que decidamos existir.
Nadie exterior a nosotros mismos pone condiciones a nuestro libre albedrío,
Somos nosotros a través del mundo en el que queremos participar los que las ponemos.
Podemos creer en un momento determinado que fatalmente somos producto del destino,
Pero lo que no advertimos es que somos nosotros los creadores de ese destino.
Si cayéramos en la cuenta de ello despertaríamos a la Verdadera Libertad que Somos.

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