¿Soy un qué,
un quien, un ser que trasciende a ambos, o aún más?
Si por persona entendemos un compuesto de agregados físico- mentales
somos un qué,
Si nos vemos como una estructura espiritual que se
sirve de un cuerpo-mente
Y que se apoya en un centro de conciencia, diríamos
que somos un quien,
En cambio, tomados como fondo axial de conciencia
somos un ser, o sea, un Yo Soy.
Pero Contemplados desde la Totalidad presente en
nosotros, somos el Ser, somos Dios
En cualquier caso, somos un foco a través del cual
la Realidad Una es, como nosotros.
Ese Foco es real, donde ser, conciencia y existencia
son lo mismo, puro reflejo de Dios.
Unidos a la Totalidad podemos experimentarla y
saborearla en nosotros,
En la misma medida en que el agua del río
experimenta y “sabe” del agua del Océano.
Como personas, unidos a sus personajes nos perdemos
en el afuera sin encontrarnos.
Como almas, sentimos el propósito, sentido y latir
de la aventura divina como nosotros.
Como focos de conciencia experimentamos la Radiante
y Gozosa Luz del Ser.
Como la Totalidad en la “parte” que somos, somos Uno
en todo y con el Todo.
Como personas, actuamos y representamos un papel; es
lo más superficial de nosotros,
Y vale sólo para que nuestra alma fije un anclaje en
el mundo de la forma.
Como almas, somos el mecanismo espiritual que el
ser, “chispa” real del Todo Uno,
Ha creado para vivenciarse en la aventura particular
que va del aparente no ser al ser,
Y de la ignorancia e inconsciencia más ínfimas al
despertar a la Autoconciencia sin fin.
Como chispas del Ser Uno gozamos continuamente de la
plenitud en la existencia.
El trabajo del alma, pasa primero por limpiar su
identificación como ego-personaje
Y tras abrirse después a la autoconciencia de sí se
incorpora consciente y activamente
A su participación individual y genuina en el Plan
divino.
El paso siguiente es nuestra identificación con el
Ser que somos. Después, los dioses…
No hay comentarios:
Publicar un comentario