viernes, 10 de agosto de 2018

Por qué escribo. Busco Lo Que Es.

Escribo, esto es un modo como otro de aprender, de conocer y de saber.
Siento que hay en el fondo de cada ser un infinito de amor, verdad, creatividad y belleza
Que va empujando para salir igual que lo hacen en las ramas sus respectivos brotes.
Si no ponemos nuestra atención cuando van asomando sus frutos
Nos podemos perder en un mar de inconsciencia y de no conocimiento.
Al escribir, me voy encontrando conmigo mismo a mayor o menor profundidad.
Esta actividad la comparo también a la que ejercen las matronas,
Estas ayudan a que nazcan niños, yo a sacar lo esencial que de la Realidad percibo.
Persigo, con la máxima atención e interés de que soy capaz ahondar en mí mismo,
Siempre con la finalidad de ir más allá de lo que por ser visto y objetivable no soy.
Voy, confiado y sabedor de que ese es el Camino para llegar al Corazón de Lo Que Es,
Lo que de verdad me importa y que es el centro final de toda búsqueda.
Me fascina saber, intuir y pensar que todo es sostenido desde dentro de sí mismo
Por el Puro Ser, que no siendo algo, en cambio está presente en todo y todo lo es.
Esa paradoja, según la cual el todo y la parte no son diferentes me apasiona,
Así como experimentar su resonancia en mí y pasarlo luego por escrito me encanta.

Busco aquello que me permita experimentar la verdadera libertad,
Lo que me haga trascender toda limitación, caducidad y muerte. Y de eso escribo.
Soy tan sólo un pequeño buscador. Azorín decía de él que era un pequeño filósofo.
La pequeñez  hace referencia a los instrumentos, técnicas y recursos de que disponemos,
Pero afortunadamente Lo Que Es, lo divino más pronto o más tarde nos sale al paso,
¿Cómo?: desde el interior de nosotros que es idéntico al interior de fuera.
Esa expansión de Lo Real como conciencia que yo soy es la que me ilumina y ansío.
Escribo como quien medita, entonces me doy cuenta de que, yo, no he hecho nada.

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