viernes, 24 de febrero de 2017

CARTAS DEL MÁS ALLÁ

Creo que este es un librito de esos que uno debiera de leer y conservar, pues es lo que se dice una joya de las que uno encuentra de tarde en tarde en las librerías y que nos aporta el testimonio, canalizado a través de una escritora llamada Elsa Barker, de un hombre con el nombre de Patterson Hatch, abogado, escritor, gran erudito, místico de forma natural y estudioso de la filosofía, sobre todo la hermética, que relata cómo es su existencia en el más allá después de su “fallecimiento”. Este libro, que se publicó por primera vez en el año 1914 obtuvo una gran acogida por el público sobre todo porque contribuyó mucho a reducir el temor de la gente ante la llamada “muerte, por esa razón no es casual que la misma Elsa dijese que “lo que las cartas me han aportado a mí, personalmente, ha sido poder deshacerme por completo de todos los miedos que haya podido tener en algún momento con respecto a la muerte, así como afianzar mi creencia acerca de la inmortalidad, y poder ver la vida del más allá como algo tan real y rebosante de vitalidad como la vida que tenemos aquí, bajo el sol”.

Por otra parte, su editora Kathy Hart dice respecto a este libro que tiene el inmenso valor de haberle cambiado como pocos la vida, y es que para ella se trata de un auténtico tesoro, opinión que comparto. Tal es la sencillez, familiaridad, sentido del humor  y forma natural de describir y narrar que Hatch tiene que fácilmente entras en el mundo del que habla hasta sentirlo como parte de tu misma realidad. Cuando se refiere a la que hace de canal suyo dice: “a menudo te percibo como un punto de liuz intensa; debe de ser cuando tu alma está rebosante de sentimiento o cuando tu mente está pensando con entusiasmo”, y más adelante: “a veces estoy solo del todo; a veces acompañado. Me resulta curioso, pero ahora tengo la sensación de tener un cuerpo considerablemente consistente, aunque al principio parecía que los brazos y las piernas se me expandían en todas direcciones.

Por lo general, ya no ando como antes, ni tampoco podría decir que vuelo, ya que nunca he tenido alas; pero consigo desplazarme por el espacio a una velocidad increíble. De todos modos, a veces sí ando”.

Cuenta cómo morir es como realizar una especie de viaje, y que donde se va tiene el mismo efecto de lo que ocurre cuando vamos a un país extranjero, allí también te encuentras con desconocidos y tiene que hacer nuevas amistades, la gente se presenta recordando normalmente el último lugar de procedencia, y los hay que son muy trabajadores, mientras que otros, en cambio son holgazanes; hay intelectuales, artistas, sabios, gente en cuya presencia te rejuveneces por el magnetismo que transmiten y personas de todas las clases, ya que allí continuamos siendo muy parecidos a como lo habíamos sido en la tierra. Dice Hatch: “como ves, seguimos siendo humanos”

“La vida en este lado no es más que una prolongación de la vida en la Tierra. Si los pensamientos y deseos que tuvieron allí estuvieron únicamente enfocados en los placeres materiales, es muy probable que los pensamientos y deseos que tengan aquí también lo estén…Diríase que la gente más feliz que he conocido en estte lado son los pintores. Nuestra materia es tan ligera y sutil, y tan fácil de manejar, que se convierte sin resistencias en aquello que uno imagina. Aquí se pintan cuadros muy bellos. Algunos de nuestros artistas intentan imprimir sus cuadros en los ojos mentales de los artistas de la Tierra, y a menudo lo consiguen…..Aquí se escriben poemas preciosos, que se imprimen en las mentes receptivas de los poetas terrestres…Lo mismo ocurre con los músicos…¡Si pudieran oír nuestra música!”

Todos, pues, allí siguen su vida, prolongando sus intereses y deseos, sus aficiones y pasiones, de forma que el hombre o mujer que en la tierra fueron vanidosos lo más probable es que continúen siéndolo también allí, pues como hemos dicho las personas que han llegado a ese lado de la realidad traen consigo su carácter y características. Existen tutores que guían y enseñan, profesores que nos ayudan a crecer y progresar, aunque “no todos los espíritus están muy evolucionados. De hecho, hay muy pocos que hayan llegado lejos en su evolución; pero en este lado, el más necio de los hombres tiene algo que la mayoría de vosotros ha perdido, la fe en sus propias creaciones-pensamiento”

            También la almas enamoradas viven sus momentos a veces muy intensos de éxtasis, así como a nuestro alcance están todas las formas de placer, deleite y diversión debido a que las posibilidades de la imaginación en ese lado son casi ilimitadas, si bien, para disfrutar de todo su poder se tiene que tener una confianza muy grande en uno mismo. Existen “cielos” e “infiernos” en la medida en que las personas creen en ellos y los crean, aunque es verdad la existencia real de niveles y estados que se corresponden con la mayor o menor evolución de las almas y de las conciencias que los habitan. En este sentido afirma: “debes saber que hay muchos infiernos y que la mayoría son nuestras propias creaciones. Este es uno de esos tópicos que se basa en hechos reales….Te he hablado sobre los Cielos menores, a los que van las personas simplemente buenas, pero los amantes apasionadamente devotos de Dios llegan a puntos elevados de contemplación y éxtasis para los que los idiomas del mundo no tiene palabras que lo describan. Con el Bello ser a mi lado, anoche sentí esos éxtasis, mientras tú estabas encerrada en tus sueños”


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