Creo
que este es un librito de esos que uno debiera de leer y conservar, pues es lo
que se dice una joya de las que uno encuentra de tarde en tarde en las
librerías y que nos aporta el testimonio, canalizado a través de una escritora
llamada Elsa Barker, de un hombre
con el nombre de Patterson Hatch,
abogado, escritor, gran erudito, místico de forma natural y estudioso de la
filosofía, sobre todo la hermética, que
relata cómo es su existencia en el más allá después de su “fallecimiento”. Este
libro, que se publicó por primera vez en el año 1914 obtuvo una gran acogida
por el público sobre todo porque contribuyó mucho a reducir el temor de la
gente ante la llamada “muerte, por esa razón no es casual que la misma Elsa dijese que “lo que las cartas me han
aportado a mí, personalmente, ha sido poder deshacerme por completo de todos
los miedos que haya podido tener en algún momento con respecto a la muerte, así
como afianzar mi creencia acerca de la inmortalidad, y poder ver la vida del
más allá como algo tan real y rebosante de vitalidad como la vida que tenemos
aquí, bajo el sol”.
Por
otra parte, su editora Kathy Hart
dice respecto a este libro que tiene el inmenso valor de haberle cambiado como
pocos la vida, y es que para ella se trata de un auténtico tesoro, opinión que
comparto. Tal es la sencillez, familiaridad, sentido del humor y forma natural de describir y narrar que Hatch tiene que fácilmente entras en el
mundo del que habla hasta sentirlo como parte de tu misma realidad. Cuando se
refiere a la que hace de canal suyo dice: “a menudo te percibo como un punto de
liuz intensa; debe de ser cuando tu alma está rebosante de sentimiento o cuando
tu mente está pensando con entusiasmo”, y más adelante: “a veces estoy solo del todo; a
veces acompañado. Me resulta curioso, pero ahora tengo la sensación de tener un
cuerpo considerablemente consistente, aunque al principio parecía que los
brazos y las piernas se me expandían en todas direcciones.
Por
lo general, ya no ando como antes, ni tampoco podría decir que vuelo, ya que
nunca he tenido alas; pero consigo desplazarme por el espacio a una velocidad increíble.
De todos modos, a veces sí ando”.
Cuenta
cómo morir es como realizar una especie de viaje, y que donde se va tiene el
mismo efecto de lo que ocurre cuando vamos a un país extranjero, allí también
te encuentras con desconocidos y tiene que hacer nuevas amistades, la gente se
presenta recordando normalmente el último lugar de procedencia, y los hay que
son muy trabajadores, mientras que otros, en cambio son holgazanes; hay
intelectuales, artistas, sabios, gente en cuya presencia te rejuveneces por el
magnetismo que transmiten y personas de todas las clases, ya que allí
continuamos siendo muy parecidos a como lo habíamos sido en la tierra. Dice Hatch: “como ves, seguimos siendo
humanos”
“La
vida en este lado no es más que una prolongación de la vida en la Tierra. Si
los pensamientos y deseos que tuvieron allí estuvieron únicamente enfocados en
los placeres materiales, es muy probable que los pensamientos y deseos que
tengan aquí también lo estén…Diríase que la gente más feliz que he conocido en
estte lado son los pintores. Nuestra materia es tan ligera y sutil, y tan fácil
de manejar, que se convierte sin resistencias en aquello que uno imagina. Aquí
se pintan cuadros muy bellos. Algunos de nuestros artistas intentan imprimir
sus cuadros en los ojos mentales de los artistas de la Tierra, y a menudo lo
consiguen…..Aquí se escriben poemas preciosos, que se imprimen en las mentes
receptivas de los poetas terrestres…Lo mismo ocurre con los músicos…¡Si
pudieran oír nuestra música!”
Todos,
pues, allí siguen su vida, prolongando sus intereses y deseos, sus aficiones y
pasiones, de forma que el hombre o mujer que en la tierra fueron vanidosos lo
más probable es que continúen siéndolo también allí, pues como hemos dicho las
personas que han llegado a ese lado de la realidad traen consigo su carácter y
características. Existen tutores que guían y enseñan, profesores que nos ayudan
a crecer y progresar, aunque “no todos los espíritus están muy evolucionados.
De hecho, hay muy pocos que hayan llegado lejos en su evolución; pero en este
lado, el más necio de los hombres tiene algo que la mayoría de vosotros ha
perdido, la fe en sus propias creaciones-pensamiento”
También la almas enamoradas viven sus momentos a veces
muy intensos de éxtasis, así como a nuestro alcance están todas las formas de
placer, deleite y diversión debido a que las posibilidades de la imaginación en
ese lado son casi ilimitadas, si bien, para disfrutar de todo su poder se tiene
que tener una confianza muy grande en uno mismo. Existen “cielos” e “infiernos”
en la medida en que las personas creen en ellos y los crean, aunque es verdad
la existencia real de niveles y estados que se corresponden con la mayor o
menor evolución de las almas y de las conciencias que los habitan. En este
sentido afirma: “debes saber que hay muchos infiernos y que la mayoría son nuestras
propias creaciones. Este es uno de esos tópicos que se basa en hechos reales….Te
he hablado sobre los Cielos menores, a los que van las personas simplemente
buenas, pero los amantes apasionadamente devotos de Dios llegan a puntos
elevados de contemplación y éxtasis para los que los idiomas del mundo no tiene
palabras que lo describan. Con el Bello ser a mi lado, anoche sentí esos
éxtasis, mientras tú estabas encerrada en tus sueños”
No hay comentarios:
Publicar un comentario