jueves, 9 de febrero de 2017

SI CONTACTAS CON TU ALMA SABES QUE ERES INMORTAL

        
Ram Dass, fue un antiguo profesor en la universidad de Harvard, y después de entrar en contacto con algunos maestros espirituales de la India que le llevaron a experimentar un profundo cambio interior dejó su cátedra para convertirse en guía espiritual de las nuevas generaciones en EEUU. En 1971 publicó el best seller “Ser Aquí Ahora”. Más tarde, tras varios libros escritos, y terminado un ensayo sobre el envejecimiento, sufrió una hemorragia cerebral y una apoplejía que casi acaba con su vida y que le dejó en una silla de ruedas. Esta, que para él, después de todo y según nos cuenta, ha sido la experiencia más transformadora de su vida, pues lo humanizó inmensamente, la ha podido afrontar con alegría, a pesar del sufrimiento por el que ha tenido que pasar gracias a poderse ver y sentir como alma, desde cuya perspectiva lo ha podido observar todo con la distancia de quien sabe que no es su cuerpo ni toda esta nueva realidad decrépita que el exterior le mostraba. En definitiva, ha sido la suma de ambas cosas: saberse como alma bella e inmortal por un lado, y por otro la misma experiencia de sufrimiento lo que le han hecho experimentar un cambio radical que no hubiera sido posible sin una aceptación plena de su difícil trance. Esta aceptación es la que le ha llevado, por extraño que parezca, a sentirse y vivirse más feliz de lo que nunca se había sentido, tal y como afirma.

Ram Dass ha reflexionado también mucho sobre el problema del miedo a la muerte y a las circunstancias del envejecimiento, llegando a la conclusión de que esos temores no dejan de ser cosas que sólo ocurren en y son producto de la mente, que es lo que tenemos que cambiar para sentir la plenitud, porque lo que somos no tiene nada que ver con ninguno de nuestros pensamientos con los que tan a menudo nos identificamos. La liberación de nuestros miedos sólo se consigue cuando en vez de eso, nos identificamos con la conciencia de nuestra Alma que es muy superior a la conciencia mental o del ego. La soledad, la depresión, el sentimiento de impotencia o de inutilidad, la ausencia de seguridad interior, el deterioro del cuerpo, todo eso se soluciona cuando en vez de huir de ello nos vamos a nuestro mejor refugio, en el interior de nosotros, y sin negar nada, aceptando lo que hay, contactamos con nuestra Alma. Entonces nace a la conciencia un nuevo ser, la verdadera realidad que somos que ni se deteriora por el paso del tiempo ni jamás está aislada sino unida a la inmensa Presencia de la realidad que nos envuelve. Pues bien, fruto de esa dura aunque muy fructífera aventura y de todas las comprensiones que tuvo es como surgió el significativo e interesante libro “Aquí todavía” (Edit. Kairós) del que extraemos a continuación algunos de sus calrificantes párrafos sobre la muerte y el más allá:


“El Alma trasciende la muerte, y nosotros nos reencarnamos, con lo que podemos convertirnos en Buda, alcanzar el Cielo o unirnos con la Divinidad. Estar aquí a lo largo de cincuenta u ochenta años para al final ser aniquilados no tiene sentido alguno……es posible aproximarnos a nuestra muerte sin el grado emocional de sufrimiento que hemos asimilado a través de nuestra cultura…Cuando empecé a tener experiencias espirituales,..experimenté… mi conciencia del Alma. Me di cuenta de que aunque mi ego iba a morir con certeza uno u otro día,…mi Alma seguiría de otra forma con su evolución…He llegado a la conclusión de que una parte de nosotros subsiste después de la muerte…

                        El momento de la muerte no nos transforma necesariamente, al fin y al cabo morimos como somos, ni mejor ni peor, ni más sabios ni más ignorantes. Cuando fallecemos realizamos la suma de lo hecho y lo vivido, por lo que hemos de despertar y prepararnos lo antes posible para esta ocasión, resolviendo nuestros asuntos, y convirtiéndonos en una persona que puede cerrar los ojos sin ningún reproche… Es aconsejable firmar un “testamento vital”…

            ¿Cómo nos preparamos para la muerte? La atención y la meditación son excelentes maneras para estabilizar la mente y el cuerpo, así como para prepararnos para este reto…A menudo he de recordar que no soy solamente este cuerpo paralizado, “yo no soy esta apoplejía”, incluso si esto ha cambiado mi vida de forma radical…De la misma forma, una persona moribunda no es sólo un cuerpo en una cama; y si somos capaces de recordar esto…habrá menos sufrimiento. Cuanto más afirmemos…de la identidad del moribundo…-su existencia como Alma-, más fácil resultará mantener la conciencia cuando las circunstancias se vuelven en contra…La muerte es nuestro mayor reto, así como nuestra mayor oportunidad espiritual. Cultivando la atención plena nos preparamos para esta última travesía, permitiendo que, en vez del Ego, nos guíe la naturaleza. Si lo hacemos así nos convertimos en maestros de los demás y en nuestros mejores amigos, a la búsqueda más allá de la muerte, del siguiente estadio de la aventura del Alma”.


            Cuesta cambiar radicalmente y en positivo nuestra percepción de la muerte, aunque nos abramos a creencias que la presenten como un tránsito hacia otro plano de existencia, ya que, en cualquier caso, nunca dejarán de ser meros conceptos o apreciaciones que nos llegan de fuera. Por eso, es tan importante desarrollar la autoconciencia de nuestra alma, porque así, nos ponemos en contacto directo, con nuestra inmortalidad. No es necesario tener una ECM para saber, sin dudar, que nuestra vida es inmortal, constatar en el silencio de nosotros mismos que somos un alma, eso ya nos aporta la comprensión que necesitamos. Ram Dass, así lo confirma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario