viernes, 3 de febrero de 2017

TODO ESTÁ HECHO DE LUZ, INCLUSO LAS PIEDRAS

     
Thomas Benedict, es un artista sobre vidrios de colores que en 1982 y a causa de un tumor cerebral tuvo una muerte clínica que duró más de una hora y media; durante ese tiempo se elevó por encima de su cuerpo y fue a la Luz. Con curiosidad por el universo, fue llevado lejos a las remotas profundidades de la existencia e incluso más allá. Según el Dr. Kennet Ring “su historia es una de las más notorias de entre las que he tenido conocimiento en el curso de mis amplias investigaciones sobre las experiencias cercanas a la muerte”. En realidad, se trata de una experiencia muy bella que nos muestra, si la comparamos con otras, la forma tan distinta que cada persona que ha pasado por una ECM tiene de vivirla, aunque en lo fundamental ciertos puntos de la misma sean comunes. El desarrollo y la evolución, las expectativas y la conciencia de cada cual determinan como no podía ser menos la propia aventura en el más allá, parece muy lógico que sea así.
Podríamos decir que vivimos el cielo que estamos preparados y capacitados para vivir, algo muy parecido por lo demás con lo que experimentamos en la Tierra. En la experiencia de Benedict se puede ver una clara expansión de conciencia, un auténtico samadhi podríamos decir, y un nivel que sólo se alcanza después de una limpieza interior muy grande. Por la profundidad, amplitud y misticismo que se trasluce resulta más que interesante escucharlo. He aquí lo que el propio Benedict nos cuenta:
“En 1982 me morí de un cáncer terminal... Me dieron de seis a ocho meses de vida…Lo siguiente que recuerdo es el comienzo de una típica experiencia cercana a la muerte. Súbitamente, me encontraba totalmente consciente y de pie, pero mi cuerpo seguía en la cama. Había aquella oscuridad a mi alrededor. Era tan vívida, que podía ver cada habitación de la casa, podía ver el techo de la casa, podía ver los alrededores de la casa, podía ver por debajo de la casa…

Había esta Luz brillando. Me volví…, era muy parecida a lo que tantos han descrito en sus experiencias cercanas a la muerte.... Se la puede sentir…Cuando empecé a moverme hacia la Luz, supe…que, si iba hacia ella moriría…Tú controlas tu experiencia de vida tras la muerte…La Luz continuaba transformándose en diferentes figuras, tales como Jesús, Buda, Krishna, mandalas… Cuando la Luz se me reveló…(supe) que lo que estaba viendo…era la matriz de nuestro Yo superior… …Quería en verdad saber lo que es el universo…Entonces la Luz se transformó en la cosa más hermosa que he visto jamás: un mandala de almas humanas en este planeta…, vi cuan hermosos somos todos en nuestra esencia…Entré en otro reino, más profundo que el último…Era una enorme corriente de Luz, vasta y plena, profunda en el corazón de la Vida…La Luz respondió: “Este es el Río De La Vida”…La luz lo sabía todo sobre mí…

Pedí ver el resto del Universo…Súbitamente, parecí propulsado lejos de este planeta en esta corriente de Vida. Vi  la tierra…El sistema solar, en todo su esplendor, pasó zumbando y desapareció…Más rápido que la velocidad de la luz, volé a través del centro de la galaxia,…. Vi muchos mundos…¡…no estamos solos en el Universo!...¡…a medida que la corriente se expandía, mi conciencia también se expandía hasta englobar cada cosa del Universo! Toda la creación pasó por mi…

En este punto me encontré en una calma profunda, más allá de todo silencio. Podía ver o percibir PARA SIEMPRE, más allá del infinito.…podía experimentar toda la creación generándose…era uno con la Vida y la Conciencia Absolutas… la creación es Dios explorando el Ser de Dios de cada manera imaginable… Todo está hecho de luz, incluso las piedras…La Luz me explicó que la muerte no existe…Todas mis preguntas habían sido contestadas. Cada humano tiene una vida y un conjunto diferente de preguntas que explorar…cada uno de nosotros está explorando esto que llamamos vida de un modo único…Volvía a casa…Por primera vez, pensé en mi mismo como humano y era feliz de serlo…ser la parte humana de Dios…” (Fuente: Internet. Vale la pena leerlo allí íntegramente por la riqueza de información y matices que nos da)

Que nuestra consciencia es infinita aquí se ve muy claro, que la cerramos para experimentar también: esto es vivir. Ahora, lo que importa sobre todo es recordarlo, y una de las formas de hacerlo es caer en la cuenta de que cada existencia sólo es un recodo de un camino siempre abierto, lleno de posibilidades que nadie más que nosotros vamos a traer a la realidad, porque tenemos capacidad de hacerlo ya, que ni más ni menos, “somos la parte humana de Dios”, sin la cual este Universo no existiría.
Vivimos, por lo tanto, lo que cada uno ha decidido vivir, este es nuestro inmenso poder, aunque no lo creamos, aunque nos parezca imposible, pero es así, porque somos Dios existiendo a través de nosotros, porque somos los dueños absolutos de nuestro destino, y no sólo de este presente sino de nuestra existencia futura en el más allá, donde también construiremos nuestros cielos, según sea nuestra creatividad, voluntad y nivel alcanzado. Este es el juego de Dios, o sea, nuestro propio juego. ¡Cuando abramos definitivamente los ojos del alma la diversión y el gozo serán infinitos!.



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