El Maestro interior nos acompaña constantemente,
Puesto que está en la esencia de nuestro ser y de
nuestra alma.
Por una parte, es la propia Luz de nuestra identidad
como ser siempre presente,
Que nace de nuestra unión, jamás interrumpida, con
nuestro origen divino,
Trascendiendo por ello todo movimiento, progreso o
cambio en el alma.
Por otra parte, es la fuente de todo nuestro saber
Sobre ese Origen, nuestro Destino, el camino a
recorrer
Y el propósito a cumplir en cada una de nuestras
encarnaciones.
A través del Maestro interior podemos llegar a
conocer todo cuanto necesitemos
Sobre Dios, La Realidad, su significado y sentido,
nuestra eternidad,
La verdad de nuestra alma, los infinitos universos y
el mundo del espíritu.
Sirviéndonos de la intuición o sentir del corazón entramos en contacto con
él,
Otorgándonos de ese modo la independencia, seguridad
y libertad
Respecto a los condicionamientos, alucinaciones y
espejismos exteriores,
Que sólo pueden provenir del desarrollo de la maestría
interior.
De ese modo desarrollamos la verdadera sabiduría del
alma.
Lo que todo verdadero Maestro exterior hace, sea
espiritual o encarnado,
Es apoyar y potenciar el desarrollo y surgimiento de
nuestro Maestro interior.
Toda maestría espiritual lo que hace es acercarnos a
nuestra identidad con el ser
A través del despertar del alma a su identidad
divina,
Y hacer que todo eso revierta positivamente en el
despertar de toda la humanidad,
Hasta lograr que la vida en la Tierra se transforme
en una vida de seres despiertos,
O lo que es lo mismo: en una vida divina.
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