Por lo general, pensamos que alegría, paz interior y
creatividad
Son estados que se deban de conseguir después de
realizar ciertos méritos y logros,
Por ello, tenemos el hábito erróneo de separar todo
eso de lo que somos.
Hasta tal punto ignoramos u olvidamos nuestra
identidad real.
No es difícil de constatar que cuando nos relajamos
y callamos la mente,
Un nuevo estado de ser aparece, de mayor bienestar, calma,
gozo, lucidez…
Es lo mismo que ocurre cuando hacemos meditación u oramos.
Entonces pasa algo muy simple, o sea: que todo lo
que no somos,
Esto es, nuestros pensamientos, recuerdos, deseos,
incluso nuestro cuerpo,
Se dejan de lado, como si no existieran para
nosotros,
Y, como resultado, aparece lo que sí somos, que es: luz,
amor, felicidad, gozo,
Bienaventuranza, inteligencia, energía, creatividad,…
Lo que esto nos enseña, es que vivimos tan metidos,
condicionados e identificados
En tantas cosas, que no experimentamos un hecho tan
simple como el de ser,
Ser lo que somos y no lo que creemos erróneamente
que debemos tener para ser.
Es comprobable, que en la medida en que soltamos
apegos y falsas identificaciones,
Que es lo que sucede cuando más claridad interior
tenemos,
Tanto el verdadero amor y la felicidad, como la
creatividad, el deseo de compartir
Y cierto tipo de sabiduría, que nada tiene que ver
con la personalidad externa,
Se ponen de manifiesto de forma natural y sin
esfuerzo alguno.
Ese es el resultado del verdadero crecimiento y de
la espiritualidad real.
Porque nuestro ser es pura plenitud expansiva. Y a
eso nos podemos abrir siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario