Todos tenemos un trabajo nuclear en nuestra vida,
Una actividad, misión o tarea que nos resulta
ineludible, y que, por serlo,
Nos sale al paso constantemente hasta que se asume
como propia,
Realizándola, resolviéndola o completándola, a veces
conscientemente, otras no tanto.
Las personas que nos rodean y con las que nos
relacionamos,
Las urgencias, demandas o necesidades, los distintos
trabajos que la vida ofrece
O que nosotros mismos podemos crear, nuestras
circunstancias y tendencias,
Así como las innumerables formas de expresión
artística y creativa
De manifestación y campos de actuación, nos van
indicando y sugiriendo
Por resonancia, atracción o por aparente casualidad
cuando se nos ponen delante,
Aquello que nuestra alma ha venido a hacer y que ha
elegido.
Lo que nos produce sufrimiento es el mejor
indicativo de cosas a resolver,
Lo que nos entusiasma es un signo ideal de a lo que
nos hemos de entregar,
Las tendencias muy marcadas y profundas, si van en
dirección de la evolución
Son para seguirlas y darles cumplimiento,
Y si nos alejan de nuestro ser y paz interior son
para sanarlas y trascenderlas.
El mejor servicio que se puede hacer a la humanidad
es ser nosotros mismos,
Y esto sólo se consigue si vivimos desde nuestra
alma,
De lo contrario, nos convertimos en autómatas,
personajes mecánicos
Reaccionado en función de esquemas de conducta al
servicio de la matrix social.
Cuando asumimos nuestro trabajo del alma
consciéntemente todo es más fácil,
Sobre todo las dificultades, y si conectamos con
nuestro proyecto espiritual y vital
Entonces lo que se experimenta es integración,
plenitud y pasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario