sábado, 17 de diciembre de 2016

SALIR DE LA CARCEL QUE NOS SEPARA DE LA REALIDAD.


No eres la cara que de ti ves en el espejo,
Ni tus gestos, ni tu cuerpo,
Ni lo que piensas, sientes o te emociona.
No eres tus recuerdos, ni tus creencias,
Ninguna imagen, idea o forma eres.
Tu personalidad, por supuesto, no la eres,
Como tampoco tu carácter, ni tus obras,
Ni ninguna de las experiencias que vives o por las que pasas,
Tampoco tu mundo, ni el universo al que perteneces,
Ninguna cosa de las que se puedan señalar eres.

Todo aquello con lo que te identificas te empequeñece y limita,
Todo aquello de lo que te haces depender te encarcela.
Tú eres el que juega y experimenta con todo
Hasta llegar a creer que eres el hacedor y lo hecho,
El actor y la obra. Eres más que todo eso.
Porque todo es un juego, dramático mientras no se conoce,
Divertido y maravilloso al despertar.

Vivimos el juego del olvido y la ignorancia,
De la separación, la finitud y la muerte,
Un juego que termina cuando abrimos lo ojos del ser en medio de él,
Dando paso, entonces, y así lo vemos, al inicio de la realidad vivida y concienciada.
Así salimos de la estrechez de una cárcel fabricada por nosotros

Y que habíamos confundido, -por calculado error- , con la verdad.

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