miércoles, 28 de diciembre de 2016

PROBLEMAS Y DIFICULTADES. UNA OPORTUNIDAD PARA EL ALMA.


Un problema, de la clase que sea, es una invitación a que lo solucionemos,
Todo problema tiene su correspondiente solución. No existe problema sin solución.
Buscar soluciones y poner los medios adecuados es lo que nos hace crecer como almas.
Gracias a los problemas y las dificultades aprendemos, crecemos y evolucionamos.
No existe en nuestra dimensión existencia sin problemas, le son intrínsecos.
Problemas y dificultades son oportunidades y, por ello, algo deseable y positivo.
Ejercitarse en el hábito de la resolución de problemas nos hace madurar.
Madurar equivale a tener más y más disponibles nuestras capacidades de alma.

El sufrimiento no tiene por qué acompañar a los problemas.
El sufrimiento es un asunto de orden psicológico y mental. El dolor es otra cosa.
El sufrimiento señala lo que en nosotros necesita ser sanado, clarificado y trascendido,
También los apegos y dependencias, todas nuestras erróneas identificaciones.
A más rigidez egótica y menor contacto con nuestro ser mayor sufrimiento.
La iluminación y el despertar es el mejor antídoto contra el sufrimiento.

Creer que los problemas no forman parte de la vida significa no haber entendido nada.
Buscar una vida sin problemas es de necios. Quien lo hace pierde el tiempo y sufre más.
Cuando integramos los problemas en nuestra vida es como si estos dejasen de existir.
La vida completa es aquella en la que los contrarios se viven como complementarios.
Sin dificultades no habría crecimiento, sin crecimiento tampoco habría evolución,
Y sin evolución la vida del alma no tendría sentido.
Los principales problemas son: pasar del sueño al despertar, de la sombra a la luz,
De la muerte a la inmortalidad, de la persona al alma, y del el ego al ser.

La solución está en el despertar, la luz, la inmortalidad, el alma y el ser.

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