Las religiones son formas de entender la
trascendencia
Creadas, se piensa, por seres extraordinarios a los
que hay que seguir y venerar,
Son igualmente orientación y norma sobre cómo
vivirla.
Se consideran inspiradas por representantes del
cielo
Como si fueran la misma voz de Dios, su conciencia
pensamiento y voluntad.
Pero, todo eso no deja de ser interpretaciones y
adecuaciones humanas
Acompañadas de sus correspondientes dogmas, ritos y
obligaciones.
Conforman con mayor o menor complejidad una Iglesia
Que es considerada normalmente la única verdadera y
garantía de salvación.
Lo cierto, es que todo lo dicho sólo refleja un
pensamiento, sólo eso.
Sus teologías son también esquemas mentales e ideas.
Por muy profundas, importantes o inteligentes que se
pretendan,
Y lo fundamental: Dios no es un objeto que se pueda
encajar ni limitar,
Porque su ser, como decía Aurobindo, es un infinito
libre de todo Dharma,
O sea: no existe vía, interpretación, hábito o norma
que lo determinen.
La espiritualidad es otra cosa muy distinta,
Pues nace en el interior de cada ser humano que
busca
La experiencia, vivencia y realización de lo que se
Es, de Dios en uno.
Y aunque alguien pretenda eso desde alguna religión
particular
Al final, lo que se vive trasciende toda forma,
estructura y vía.
Las religiones no son necesarias, aunque puedan ser
útiles.
El ser espiritual no es de nada ni de nadie, su
esencia es la libertad,
Ningún dios o diosa están por encima de él. El es
uno con Dios.
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