Sin los demás no existiríamos como almas
Ni nuestro propósito particular en la vida se podría
llevar a cabo.
Sólo existimos en la medida en que juntos y de forma
entrelazada
Posibilitamos y potenciamos nuestra realización
individual y colectiva
Dentro de este inmenso y variopinto teatro que es
nuestro mundo.
Yo soy porque tú eres, y tú eres porque yo soy. Así
de simple y de real.
No es posible un yo sin un nosotros, por eso
formamos una unidad inseparable.
Todos los seres individuales son los infinitos
rostros que toma nuestro ser,
Y nos muestran las fracturas, rechazos o integración
que existe en nuestro interior.
Los otros son el espejo en donde nos podemos ver
reflejados y gracias al cual crecemos.
Como nos relacionamos con los demás es como nos relacionamos
con nosotros mismos,
Y cuanto hacemos a los demás es a nosotros mismos a
quienes se lo hacemos,
Por eso: cada rechazo, negatividad o acto de desamor
que proyectamos fuera
Levanta una barrera y produce un rompimiento en
nuestro corazón.
No es posible un crecimiento espiritual real sin una
integración en nosotros de cada ser
Y sin un reconocimiento de su divinidad.
Todos somos almas divinas disfrazadas con infinidad
de formas y vestimentas.
Por eso, nadie es más que nadie, y tampoco menos que
nadie.
En ello radica la verdadera humildad.
El Despertar espiritual nos abre los ojos a nuestra
divinidad y a la de los demás,
No percibirlo nos pone delante el grado de nuestra
ceguera y egoísmo
Así como lo lejos que aún estamos de nuestra
realización.
Dios es Amor. Nuestro Ser es amor. Y reconocernos como
Ser Amor es nuestro destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario