martes, 27 de diciembre de 2016

SIN "PECADO" CONCEBIDOS. NINGÚN DIOS SUPERIOR A DIOS EN TI.

El concepto de “pecado”, tan extendido en occidente dejó una huella muy profunda,
Nuestras maleables mentes lo interiorizaron muy dentro, y con él la sensación de culpa.
Ambos, pecado y culpa nos hicieron creer que no éramos dignos merecedores
De algo a lo que se llamó salvación, que hoy traducimos por iluminación y despertar.
En la vieja idea, esa salvación tenía que ser conquistada pagando un precio:
Arrepentimientos, penando y sufriendo. “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente”,
“parirás con dolor”. Y, lo peor: la expulsión del paraíso.
Sobrevolando eso un Dios castigador y ángeles con espadas señalando nuestro destierro.
Lo más curioso: la descendencia humana naciendo bajo ese estigma de culpabilidad.
¿Pero de qué pecado se trataba?: haber desobedecido y ofendido a Dios. Vaya chasco.
Lógico que haya tantos ateos, renegados y hartos de semejantes bobadas.

El ser humano nace para revelarse contra todos los “dioses”, y afirmar su divinidad,
su Amor, Sabiduría y Poder interiores frente a los espejismos y mentiras que esclavizan.
No existe un Dios separado de ti que se ofende, ni que exija determinadas obediencias.
Tampoco tenemos una deuda kármica o pecado ancestral por el que pagar.
Nada de eso es verdad ni existe más que en mentes no adultas ni desarrolladas.
Sólo hay lo que en tu divinidad quieres que haya y en lo que asumes participar y jugar.

Somos dioses dormidos. Ninguna instancia por encima del Yo divino que somos.
La misma separación que experimentamos respecto a la Plenitud ansiada y a la Unidad,
Llamémosle también Dios, por lo que representa, no es real, sólo ilusión transitoria,
Una especie de sueño, una ilusión de los que salir; a veces un mal sueño, eso sí.
“Sin pecado concebida” se dice de María. De acuerdo, y todos también. Por supuesto.

El pecado, la culpa y un dios superior a Lo Que Eres son mentiras. Simplemente.

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