miércoles, 18 de enero de 2017

LA RAÍZ DE LA ESPIRITUALIDAD, NO LOS EXTRARRADIOS.

Abundan los grupos de gente y las personas muy dadas a divagar, perderse y fantasear
en los extraradios de la espiritualidad. Hablan, sobre todo, de las energías que pueblan la tierra,
sobre todo las negativas, y de otras que descienden del sol alterando nuestro magnetismo personal,
esas mismas pueden insistir también en las influencias perjudiciales que el tiempo cósmico
que vivimos nos pueden producir, incluso del mal de ojo tratan y de muchas cosas más.
Y, luego, para contrarrestar todos lo efectos de tal avalancha de condicionantes dañinos
presentan diseños y técnicas muy elaborados y sofisticados para deshacer su poder sobre nosotros.
Dicen cosas como las de visualizar sobre la cabeza un octaedro, notar cómo la energía
sale del perineo y asciende..., y así te van hablando de un sinnúmero de detalles más
tras los cuales conseguiremos el dominio y control de todo cuanto nos viene a producir la infelicidad.

No seré yo quien quite valor a lo que esto pueda aportar a determinadas personas.
Sé que son enfoques que tienen su particular y concreto fundamento que produce efectos
que entretienen a quienes los siguen y creen en ellos. Pero se den cuenta o no, lo que hacen
es restar poder interior a sus seguidores al presentar siempre el origen de todo sufrimiento
en causas externas y alejarlos de la conciencia de su verdadero ser.
Entiendo, además, que los que proponen estas vías de crecimiento deben ser personas
poco experimentadas en vivencias reales de despertar y de conexión interior con la Fuente.
Su camino no es, por lo tanto, espiritual sino más bien de crencia en la magia en todas sus variantes.

Para evolucionar y desarrollarnos como seres individuales realmente adultos lo que cuenta
es aquello que nos ayuda a despertar a la conciencia de lo que somos, de lo que es el Fondo
de la realidad y a alinearnos y participar en el único Poder que es el poder divino en nosotros.
Ir ahí, descubrirlo, experimentarlo y vivirlo eso sí que es superar todo tipo de negatividades.
Pero no sólo eso, sino que importa que seamos capaces de ver que todo lo que de oscuro o sombra
percibamos fuera y nos afecte, sólo es un reflejo de lo que hemos de sanar en nosotros.

Ir a la raíz de todo, abrirnos a Lo Superior y empoderarnos como consecuencia de experimentar
todo el potencial de nuestro ser, capaz de deslumbrar y eliminar toda energía o sombra negativa,
eso sí que es espiritualidad. Por esa vía llegamos a concienciar nuestra unidad con todos los seres
y a experimentar y vivir que Yo Soy uno en Dios, que Todo Es Dios.


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