jueves, 12 de enero de 2017

LAS SOMBRAS DEL AMOR

Toda cualidad es vivida también en algún momento de nuestra vida
Desde su lado oscuro, cuando el egoísmo se superpone a la gratuidad de la cualidad.
La principal sombra del amor es lo que en un “Curso de milagros”
Es calificado como “amor especial”, cuando se ama o se dice amar a alguien,
Más por el hecho de ser padre, hijo, amante, marido o esposa que por él o ella mismos.
La realidad esencial del amor se degrada, altera y cambia cuando es sustituida
Por el apego, los intereses, las preferencias, los gustos, el sentimentalismo, la pasión,
Y otras formas que  lo único que hacen es apuntalar nuestros personajes y egos.
No es que estas cosas no se puedan hacer y vivir o que sean incompatibles todas ellas
Con el verdadero amor, pero no hay que confundirlas, pues poco tienen que ver con él.

Un hecho son las tradiciones, normas, leyes, formas de convivencia e incluso valores
Y moral, por los cuales las sociedades o las personas nos regimos, que, por lo general,
Se establecen según conveniencias y al servicio, se supone, del mejor funcionamiento
De los grupos humanos. Pero el amor no tiene nada que ver con todo eso porque su raíz
Se halla en él mismo. El amor o es universal, incondicional e indiferenciado
O, por el contrario, es un acto de egoísmo y, por lo tanto, una sombra del amor.

El amor que se basa en la atracción, el placer, las formas externas, la belleza corporal,
El encanto o la ternura que las personas nos despiertan son formas muy elementales
Y egoístas del amor. Sólo persiguen nuestro propio bienestar. Son sombras del amor.
¡Cuánto se ama a los bebés, a los niños y a ciertos personajes llenos de glamour!
¿Qué pasa en cambio con los ancianos, las personas deformes o sin atractivo, etc.?
El amor que nace del ser no ve formas ni clasifica. Siente almas y ve seres perfectos.

Sin visión interior del otro y de su belleza espiritual el amor fácilmente se degrada.

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