Toda cualidad es vivida también en algún momento de
nuestra vida
Desde su lado oscuro, cuando el egoísmo se superpone
a la gratuidad de la cualidad.
La principal sombra del amor es lo que en un “Curso
de milagros”
Es calificado como “amor especial”, cuando se ama o
se dice amar a alguien,
Más por el hecho de ser padre, hijo, amante, marido
o esposa que por él o ella mismos.
La realidad esencial del amor se degrada, altera y
cambia cuando es sustituida
Por el apego, los intereses, las preferencias, los
gustos, el sentimentalismo, la pasión,
Y otras formas que
lo único que hacen es apuntalar nuestros personajes y egos.
No es que estas cosas no se puedan hacer y vivir o
que sean incompatibles todas ellas
Con el verdadero amor, pero no hay que confundirlas,
pues poco tienen que ver con él.
Un hecho son las tradiciones, normas, leyes, formas
de convivencia e incluso valores
Y moral, por los cuales las sociedades o las
personas nos regimos, que, por lo general,
Se establecen según conveniencias y al servicio, se
supone, del mejor funcionamiento
De los grupos humanos. Pero el amor no tiene nada
que ver con todo eso porque su raíz
Se halla en él mismo. El amor o es universal,
incondicional e indiferenciado
O, por el contrario, es un acto de egoísmo y, por lo
tanto, una sombra del amor.
El amor que se basa en la atracción, el placer, las
formas externas, la belleza corporal,
El encanto o la ternura que las personas nos despiertan
son formas muy elementales
Y egoístas del amor. Sólo persiguen nuestro propio
bienestar. Son sombras del amor.
¡Cuánto se ama a los bebés, a los niños y a ciertos
personajes llenos de glamour!
¿Qué pasa en cambio con los ancianos, las personas
deformes o sin atractivo, etc.?
El amor que nace del ser no ve formas ni clasifica. Siente
almas y ve seres perfectos.
Sin visión interior del otro y de su belleza
espiritual el amor fácilmente se degrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario