Sólo hay este momento, fuera de él no hay nada y en él
existe todo.
Este momento único lo es todo. Presente, pasado,
futuro, el espacio y más allá de ellos.
De este momento jamás salimos ni nunca llegamos a él.
Lo somos.
Este momento es Dios, Lo Real existente, el Uno, el
Ser sin segundo.
Y nosotros vivimos en él, olvidados y extraviados en
sus pensamientos y divagaciones
Que como volutas de humo se mueven empujadas por
vientos cambiantes,
Y por cuyo universo nos dejamos hipnotizar, sea por
el placer o sea por el dolor.
Es así como nos volvemos ciegos para la Realidad de
Lo Que Hay, del momento.
Ocurre, mientras nos dejamos llevar y arrastrar por
manchas y sensaciones fatuas.
Este momento es el momento de Dios, es el momento en
que la Vida que Es y somos
Sostiene sobre sus doradas manos tal o cual pequeño
espectáculo que nos obnubila.
Este es el momento, por lo tanto, ideal para que
abramos los ojos del alma
Y descubramos Esa Realidad que nos abraza y de la que
de tan infinita que es
Es imposible que nos salgamos. La verdad es que somos
uno con ella.
Por mucho ruido que exista, por grandes que sean los
dramas o los castillos en el aire,
Pues eso es Lo Que Es y eso es lo que Somos.
Impedir que nada nos seduzca y engañe, esa es
nuestra principal tarea.
Y abrir los ojos del alma como lámparas indomables
de fuego, es nuestra obligación,
Hasta que quede en evidencia, y por fin del todo
desvelada, la Pantalla de fondo,
Que como pasa en el cine, acoge y permite que sobre
ella impacte, toda escena y acción.
Porque, este momento es el Todo Uno, en el que
nuestro verdadero ser resplandece
Y nuestras almas danzan al son de la música de las
estrellas. Espectáculo indescriptible
Que ningún pequeño juego de la vida debiera ocultar,
deformar ni callar.
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