De tan hechos y acostumbrados como estamos a la
familiar experiencia
Y a la visión de nuestra dimensión física, nos hemos
convencido, vaya ingenuidad,
De que no somos sino cuerpos muy densos, hechos de
pura materia.
Órganos, sistemas y estructuras, formados y
constituidos por hueso, músculo, agua,
Electricidad, minerales, átomos, moléculas, partículas
elementales, etc…,
Y organizados no se sabe muy bien cómo ni por qué
clase de inteligencia
Serían los componentes únicos de este andamiaje
gracias al cual nos movemos
Y por el cual podemos hacer la cantidad tan grande de
acciones como realizamos.
Pero vaya, la realidad supera con creces esta
limitada y materialista visión.
Porque existe otra percepción no material que nos
devuelve una nueva captación
Y experiencia de lo que somos. Y desde ahí, podemos
afirmar que somos almas
Y seres de luz. Almas en cuanto a que nos podemos
experimentar como centros reales
No físicos de individuación y conciencia. Y seres de
luz, porque también es real
Otra “estructura” superior que englobando la
anterior la supera y trasciende.
Seres de luz no es una expresión metafórica sino
real. Y cuando uno ve su dimensión
Espiritual y sutil esto se hace más que evidente, además
de que nos sobrecoge,
Dada la amplia y maravillosa conformación que desde “lo
superior” desciende
Y nutre toda la configuración de ese cuerpo de luz
radiante que nos envuelve y somos.
El foco o centro de conciencia del alma se abre a
ese espacio sagrado que la alimenta
Descendiendo Desde Lo Alto y que transmite todo el
poder y la fuerza, la gracia,
Sabiduría y el amor al ser divino que somos. No, no
somos un cuerpo físico y material.
El ser de luz que somos nos conecta además con una
Fuente tan inmensa, tremenda
E inconmensurable que supera con creces nuestro
entendimiento y raciocinio.
¿QUIERES VER A DIOS?
ResponderEliminar¡LEE ESTO!
Las tres cosas que te alejan y
Las tres que te acercan a Dios
- El exceso de alcohol te aleja de Dios
- El exceso de drogas te aleja de Dios
- El exceso de sexo sin amor también te aleja de Dios
Las tres que te acercan a Dios
- Ama a tu prójimo como a tí mismo
- Aprende a perdonar y
- A ser humilde
Eternamente
Joaquín Gorreta Martínez 62 años