lunes, 9 de enero de 2017

SOBRE EL ORIGEN DE LAS ALMAS

Hablar sobre el origen de las almas equivale a hablar sobre nuestra procedencia,
Se trata ni más ni menos que de aclarar la famosa pregunta: ¿de dónde venimos?
Cuestión crucial donde las haya y cuya respuesta marca definitivamente nuestro ser,
Nuestro sentido, destino y papel. ¿Cuál es nuestra paternidad?,  se podría también decir.
La biológica e inmediata ya la conocemos. Todos tenemos un padre y una madre.
Pero ahora hablamos de la filiación espiritual, como almas en las que nos reconocemos.

Y lo que nuestro sentir más hondo, en contacto con el alma señala,
Así como nuestra intuición más profunda que procede de la sabiduría del ser que somos
Confirma, es que nunca salimos de nuestro origen, que nuestra unidad con él es eterna.
Esto es lo que uno desde su seidad o sí mismo experimenta como lo real.
La unidad entre nuestro origen y nuestro ser es esencial e indisoluble.
Y ese origen se saborea como Dios en nosotros como nosotros, y no como algo lejano,
Ni separado, ni diferente, porque somos en la medida en que el origen es en nosotros.
Sólo así nos comprendemos, sólo así nos sentimos ser, sólo así existimos.

Somos expresiones de Dios, de Lo Único Que Es, del Ser Uno que es en nosotros.
Nuestro ser es el ser de nuestro origen, esto es lo único que se siente y se vive
Desde el origen mismo en nosotros. Y al vivir esto comprendemos nuestro destino
Y sabemos todo cuanto necesitamos saber sobre nuestro camino y sentido.
Entonces la luz del alma se enciende y la conciencia de identidad se hace presente.
Puesto que ella es nuestra esencia, la misma esencia e identidad de Dios.

A partir de este saber, toda sensación de orfandad o soledad desaparece,

Y la Presencia de Eso se convierte en protagonista, camino y guía de la existencia.

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