Alejados de nuestra alma y desconectados de nuestro
ser
Nos convertimos en meros consumidores de existencia,
Sujetos pasivos de acciones y reacciones de los que
desconocemos
Tanto su verdadera causa como su significado y
sentido.
En tal caso, la vida resulta ser un simple escenario
de personajes sin verdadero arraigo
Que fijan toda su valía y poder en lo que su
representación aporta y sirve
Para la defensa de intereses egoístas y de reforzamiento
del establisment asumido,
Aunque todo eso se vista con ropajes de
honorabilidad, moral, corrección, bondad, etc.
Entonces, y a falta de un enganche experiencial con
un Fondo, Fuente u Origen
Con el que sentirnos conectados, comprendidos y
orientados,
Nos entregamos a la seguridad que creencias,
religiones y dogmas nos aportan,
Y hasta los materialistas les sirven a algunos con
tal de aferrarse a algo.
Lo que nosotros aportamos es la necesidad del sentir
directo, de la propia experiencia
Que es la que nos pone en contacto con Aquello Que
Es y que somos.
La intuición desarrollada es el camino que nos lleva
sin intermediarios allí,
Así como la visión interior que surge como resultado
de la interiorización.
Es así como la realidad de nuestra alma, de ser
creencia pasa a ser experiencia,
Del mismo modo que nuestro ser superior se hace
presente de forma conciencial.
Como consecuencia: alma y ser, de ocupar en nuestra
vida el plano
De “lo espiritual allí”, pasan a ser, la identidad del
Yo Soy aquí, en mí.
Todo lo que antes era llenado por nuestro ego
cuerpo-mente-mundo, ahora se desplaza
Y su relevancia es sustituida por el refulgir y el
brillo de la conciencia de ser
En el corazón de nuestra alma y en el espacio sin límites
de nuestra realidad.
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