martes, 24 de enero de 2017

VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE. ( Algo más que evidente)

El doctor Jefrey Long que actualmente es el que preside la “Fundación para la Investigación de la Experiencia Próxima” a la muerte no duda, después de descartar todas las posibles explicaciones fisiológicas o psicológicas, en decirnos que las experiencias cercanas a la muerte son completamente reales, y llega a la conclusión, además, de que hoy contamos con las pruebas más concluyentes que se han recopilado jamás sobre la vida después de la vida.
El camino que le llevaría después a sus investigaciones se inició en al año 1984 cuando le escuchó a la esposa de un amigo suyo la experiencia cercana a la muerte que había tenido y que relata en su libro “Evidencias del más allá” (Edit. Edaf). Cuenta ella que a raíz de una reacción alérgica aguda a una medicación sufrió un paro cardíaco y que (hago ahora un extracto de su declaración):
“…inmediatamente después de dejarme de latir el corazón me encontré a la altura del techo. Veía la máquina de EEG a la que estaba conectada yo. Mostraba un EEG plano…Se afanaban por hacerme volver a la vida. Por debajo de mi casi reinaba el pánico. A diferencia de la confusión que había…yo tenía una sensación profunda de paz. Estaba completamente libre de todo dolor. Mi consciencia salió flotando de la sala de operaciones y se trasladó a un puesto de enfermeras…de la planta donde había estado yo antes de la operación…, veía a las enfermeras que se ocupaban de sus tareas habituales.
Cuando llevaba un rato observando a las enfermeras se abrió un túnel. Me sentí arrastrada hacia el túnel…pasé por el túnel y fui consciente de que había una luz fuerte al final…Sentía paz. Cuando hube atravesado el túnel, me encontré en una región de luz hermosa y mística. Tenía ante mí a varios de mis parientes queridos que ya habían muerto. Fue un encuentro gozoso, y nos abrazamos.
Me encontré acompañada por un ser místico, de amor y compasión abrumadoras. Me preguntó: “¿Quieres volver?”…Después de haberlo debatido un poco más, comprendí que era yo quien tenía que decidir si quería volver a mi cuerpo físico. La decisión fue muy difícil.  Yo estaba en un plano de amor abrumador. Sabía que en aquel plano, estaba verdaderamente en mi hogar. Por fin, regresé a mi cuerpo”

Esta experiencia de modo casi idéntico o muy similar es contada por miles y miles de personas que han pasado por semejante trance. Explicarla como consecuencia de alucinaciones o de anoxia mental es lo más fácil, a pesar de que ni la lógica que encierran, ni el descarte clínico de esas posibilidades, ni la forma vívida con que se experimentan, ni su coherencia o repetición en infinidad de casos lo que avalan más bien es su veracidad. Pero ya se sabe que, al final, cada cual decide lo que quiere creer, pues muchos ni siquiera viendo ante sí un “muerto” resucitado creerían. Nuestra mente es así, otra cosa distinta es lo que aprendemos a discernir con nuestra alma. Que cada cual valore.

No hay comentarios:

Publicar un comentario