lunes, 23 de enero de 2017

OBJETIVO: CONCIENCIAR NUESTRA ALMA

La materia  no es lo que soy. Pero la materia sí que representa un estado del ser,
Existe, pues, un ser que es material. Desde la materia (no siendo ella la causa)  
Y en la materia surge la  vida. De ahí, la materia vivificada, o sea: vegetales y plantas.
Desde la materia vivificada surge la vida mental, el extenso reino animal,
De menos a más complejidad. Hasta que aparece el ser mental por antonomasia,
Capaz de la autorreflexión: el ser humano.

Como motor y guiando desde dentro todo ese movimiento evolutivo ascendente,
Siendo causa material y eficiente de él, el Espíritu, o lo que es lo mismo la Conciencia,
Presente siempre aunque muy “escondida” al principio, y más patente después.
Todo, pues, "animado", aunque sólo con el ser humano con alma capaz de autoconciencia.
Y esta particularidad es la que nos permite dar el paso de ser seres puramente mentales
A convertirnos en seres espirituales una vez que hayamos conectado con nuestra alma.

Para que esto se dé, el ser humano concreto ha de haber llegado a un punto tal
En el que pueda separar con claridad lo que es su dimensión física, emocional y mental
De lo que es la voz y la presencia de aquella. Se trata de percibir con nitidez
Tanto el ser del alma como su personalidad espiritual y reconocernos en ellos,
Soltando así las viejas identificaciones físico-mentales.

Cuando llegamos a percibir la conciencia que somos como algo real e independiente
Del cuerpo, las emociones, la mente y cuanto nos rodea, estamos percibiendo el alma,
La cual es un foco conciencial particular de existencia. El mismo hecho de desearlo
Ya indica que la experiencia del ser interior está cerca, y que tu alma es la que ha salido,

Aunque no te hayas dado cuenta, a tu encuentro. En el que te reconoces.

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