Pero haber equivocado el verdadero valor del sentido
de las cosas es peor,
Y si ese sentido afecta al significado de la propia
vida entonces el resultado es fatal.
Esto es lo que sucede cuando se ha invertido la
identidad de la fuente de la felicidad,
También al considerar que cuanto necesitamos para
vivir en plenitud y paz
Es ajeno a nosotros mismos. Y cuando el
desconocimiento de nuestro ser es tan grande.
Pero, ¿cómo se pudo llegar a ese punto de pérdida de
lucidez, y de enajenación?
O, ¿qué significa que el ser humano pueda ser alguien
extraviado de sí mismo?
Que, en principio, no este completo ni acabado sino
a merced de posibilidades
Como la frustración, el desencanto, la
desesperación, la angustia existencial
O la creencia de no ser más que un barco sin sentido
en un mar de oscuridad?
¿Por qué esto forma parte de nuestra existencia? Y ¿por
qué la vida iluminada
No es más que una posibilidad entre otras que
alcanzar o conquistar?
Dicho de otro modo: Esta condición, la humana, de considerarnos
seres inacabados,
Capaces de amar y odiar, de alcanzar las más altas
cotas de grandeza y de luz
Pero también las más bajas de oscuridad y
sufrimiento, de bondad o de crueldad,
Y de convertirnos en dioses como de vivir como
esclavos incluso de nosotros mismos,
¿Qué sentido tiene y por qué nos hemos de someter a
ella?
Todo forma parte de un proceso evolutivo de
conciencia que va de menos a más,
Donde cada escalón que se sube implica más luz y
sabiduría, más conciencia y plenitud.
Llegados a un cierto nivel de crecimiento los
escalones se acaban y este juego también,
Entonces se ve la inocuidad y la “mentira” de todo
este guión. ¡Una gran ilusión todo!, sí,
¡Un juego perfecto!, mejor diseño imposible. Sonreímos
y volvemos a jugar.
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